El músico español Javier Ruibal tiene más de tres décadas de carrera, mezclando jazz, rock, música caribeña, flamenco, tanguillos… Y nunca ha venido a Chile.
El además poeta, compositor, arreglista y guitarrista andaluz debutará en Chile el jueves 10 de noviembre en el Teatro Nescafé de las Artes para repasar más de 40 años de carrera con lo mejor de sus 14 discos, los cuales transitan por el jazz, el rock y el flamenco; sonoridades interculturales que evocan desde Magreb a Brasil, o de India al Caribe, para con sus letras reflexionar sobre deseos sublimes, viejos dolores y defectos.
Asimismo Javier Ruibal (1955), aparte de precursor del nuevo flamenco, obtuvo en 2007 la Medalla de las Artes de Andalucía a su trayectoria, mientras que en 2017 recibiera el Premio Nacional de Músicas Actuales en paralelo a componer para artistas como Martirio, Pasión Vega y Ana Belén, además de compartir escenario con Pablo Milanés o Joaquín Sabina, entre otros, vinculando de paso su trabajo a la poesía de Rafael Alberti y Federico García Lorca junto con realizar trabajos para la televisión, la danza, el teatro y el cine, obteniendo de hecho el Goya 2020 a Mejor canción original por el filme “Intemperie”.
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Agendamusical: Hola Javier, muchas gracias por tu tiempo. Queremos saber más de tu carrera. Cuéntanos cómo iniciaste tu camino en la música.
Javier Ruibal: Pues como todos, curiosidad y arrimándome a la guitarra que mi hermano no tocaba apenas.
La radio de la época, años sesenta era una fuente de novedades, lo mismo sonaba la música anglosajona que el tango argentino, que el flamenco. Indudablemente tenía oído y fui el único de mis hermanos que se interesó por intentar tocar en la guitarra aquello que la radio emitía. Así que de manera autodidacta y con unas pocas nociones y acordes empezó mi afición. Mucho más cerca de la música que del fútbol y otras cosas. He de decir que ni el fútbol ni el básquet se me dieron bien nunca, a pesar de entrenar y todo eso La música me salvaba de alguna manera de aquella falta de habilidad deportiva.
AM: ¿Cuáles han sido tus más grandes influencias?
JR: Pues ya digo que sonaba de todo en la radio pero el disco que indudablemente me marcó para siempre fue -A hard day’s night- de The Beatles. Yo casi no sabía afinar aún el instrumento y me pasaba horas intentando tocar algo de ese disco. Ahí supe en seguida que quería ser músico. Luego vinieron otras influencias. Algo del folk rock norteamericano y, como no, la música latinoamericana que me hacía sentir que cantar en mi idioma iba a ser importante. El flamenco también tuvo una auténtica revolución de Paco de Lucía en adelante, hasta el punto de que apareció un rock andaluz con muchas reminiscencias de flamenco y música árabe mezcladas con sonidos del rock. Todo eso me influyó decisivamente.
AM: Hoy en día hay mucho acceso a la música. ¿Cuál es tu relación con la música pop y urbana actual?
JR: Pues me gusta la música bien hecha y con intención experimental.
Hay poco de eso ahora. Se repiten clichés que tienen cincuenta años o más, las letras han rebajado su nivel poético quedando la responsabilidad en manos de los cantautores. Incluso algunos de mis compañeros han relajado ese esmero con que tradicionalmente nos manejábamos con la palabra y el verso. Se va a lo lineal y no me seduce. Hay mucha prisa por impactar y se copian las cosas con tal de tener éxito. Originariamente el rock era un movimiento que contestaba a una sociedad autoritaria y anquilosada. Poco hay ya de esa rebeldía.
AM: Dentro de tu música mezclas elementos del rock, el jazz y otros sonidos propios de España, ¿cómo se te ocurrió juntarlos todos?
JR: Siempre me interesó ir al estudio y al escenario a mostrar algo que interesara en los tres aspectos que para mí la música debe resolver. Componer sin imitar, escribir con lealtad a la magnífica poesía que se ha escrito en nuestro idioma y tocar lo mejor posible tu instrumento. El espectador debe tener varios frentes para elegir.
Si viene por la música, que encuentre atractivos. Si es lo de cuenta y se canta que no falte la emoción en la manera de interpretar. Así trabajo yo.
Y la música, la que está bien hecha, me interesa toda. Me dejo influir por cosas muy diferentes pero huyó de la imitación.
Otra cosa es que consiga o no todo esto que estoy diciendo. Suena pretencioso ¿verdad?, que sea el público quien lo refrende o no.
AM: Llevas más de 40 años en la música, ¿cómo has sentido la evolución de la creación musical desde tus comienzos hasta hoy?
JR: Hay de todo. Siempre han estado los buenos instrumentistas del jazz, por ejemplo, para recordarnos que no se puede estar haciendo toda la vida la misma secuencia de acordes, y esa es una de las carencias que veo en el pop actual.
He de decir también que la industria cosifica al espectador y hace mucho que no busca proporcionarle nuevos estímulos.
Aparece algo tan simple rítmicamente como el reguetón y llevamos un puñado de años que no se sale de ahí. No hay manera de sacar al público de ese parvulario musical si no se arriesga a divulgar cosas novedosas. Los músicos evolucionan en la medida de sus ganas de veía ese y esforzarse; la industria no. Ahí está la cosa.
AM: También has participado en la música de varias películas, ¿Qué elemento extra te suma este tipo de colaboraciones al momento de crear música?
JR: Solo me han pedido canciones y no bandas sonoras. En ese sentido trabajo como lo hago habitualmente, pero leyendo el guión e intentando crear una canción que evoque lo que sucede en la película sin hacer un spolier que descubra la trama. En general eso es lo único que diferencia un modo y otro de escribir y componer. Otra cosa son las bandas sonoras, mucho más laboriosas, pero ya digo que aún no me pidieron algo así.
AM: Esta será la primera visita que tendrás a Chile, ¿cómo puedes describir tu espectáculo?
JR: Muchas ganas tuve siempre de ir al Chile se Violeta, de Víctor, Neruda…
Pero no se dio. Así que voy con algo de ilusión casi adolescente en ver qué tal reacciona el público chileno. Mis conciertos estarán basados en una selección de canciones del disco más reciente, compuesto durante el confinamiento, y otras canciones de mi trayectoria. Solo espero lo que siempre que voy al escenario, que el público sienta emoción y diversión a partes iguales.
AM: ¿Qué sabes de Chile? ¿Algo que te interese ver en especial?
JR: El cine, la poesía , la canción chilenos siempre me interesaron. Los hechos de su historia contemporánea, la de toda América Latina en su crudeza, han servido para formarme un ánimo de justicia social que está por encima incluso de mi vocación artística. Siempre me he sentido más cerca que lejos estos lugares donde desde hace años tengo hermanos y casa. Esto espero refrendarlo ahora en Chile.
AM: ¿Qué mensaje le enviarías a tus seguidores en Chile?
JR: A los que ya me siguen y a los nuevos amigos les diría: Vengan a los conciertos les espera música para el abrazo y la alegría.
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