FOTOS | Andrés Calamaro en Chile: Sin fallas, sin sorpresas


Una fresca tarde fue la que recibió a las personas que llegaban al Movistar Arena para el reencuentro con uno de las voces argentinas más importantes de las últimas décadas: Andrés Calamaro. El Salmón venía con un nuevo disco bajo el brazo -Dios los cría- pero es difícil mostrar un álbum cuyo sello es tener muchas (y buenas) colaboraciones. Entonces, queda irse a lo clásico.

En ese sentido, lo presentado por Calamaro fue de manual. De negro y acompañado por su clásica banda, el ex voz de Los Rodríguez no perdió minutos en hablar con el público ni mucho menos, sino que se fue directo a lo que mejor hace. Allí fue «Bohemio» el track que dio inicio a esta presentación, con la tónica de todo el show de un músico que no es capaz de quedarse quieto.

Frente al micrófono, con unas maracas en la mano, un sintetizador, un cencerro, su guitarra y todo lo que tuviera a mano. La energía ahorrada por el trasandino era transformada en movimientos que quizá no aportaron gran sonoridad al espectáculo, pero sí a su impronta, su calidad de jefe del escenario, deambulando con sus lentes oscuros por todos lados.

Por su parte, el público coreaba cada canción que sonaba, en especial aquellas salidas de Los Rodríguez. “Para no olvidar” fue la primera de ellas, también la primera vez que el público se ponía de pie. Voluntaria o involuntariamente, fueron estos temas los que tuvieron un sabor diferente al del resto. También marcó el punto donde Calamaro se ató un pañuelo en la frente. Un gesto pequeño, pero que parece haber despertado la parte más teatral de su persona.

Así se fueron sucediendo distintas canciones, una tras otra. Recién pasados los 30 minutos de concierto se dio el tiempo de escuchar los «ole, ole, ole, ole» con su nombre, solo haciendo gestos con sus manos, apurando el comienzo de la canción siguiente.

Con «Maradona» llegó uno de los momentos más emotivos, al menos para el artista. Se acercó a la pantalla que se encontraba al final del escenario que proyectaba imágenes del fallecido 10 argentino mientras cantaba «Maradona no es una persona cualquiera, es un hombre pegado a una pelota de cuero». Un lindo homenaje a su amigo.

Tras el cover de «Espérame en el cielo» de Los Panchos, siguió el ambiente futbolístico con «Estadio Azteca» y después «Tuyo siempre». El show corría súper rápido, con gran precisión, pero también sin muchas sorpresas. Quizá una de las únicas de todo el espectáculo fue la participación de Juanse, voz y líder de los Ratones Paranoicos, quien se sumó para «Loco» y otras, incluyendo una de su grupo, «Para siempre».

Ya con la llegada de «Sin documentos», el concierto se volvió un karaoke. A partir de allí fue una presentación de lo que coloquialmente conocemos como «sandías caladas»: «El salmón», «Flaca», «Alta suciedad» y «Paloma», cerrando la primera parte de un espectáculo que combinó mucha sobriedad con prolijidad.

Solo alcanzó a pasar dos minutos fuera del escenario para volver, nuevamente junto a Juanse, para tocar «No se puede vivir del amor». Luces, aplausos, gritos y más seguían saliendo de un Movistar Arena casi repleto, recibiendo así «Crímenes perfectos» y un cierre con «Los chicos». Aquí volvió a salir la imagen de Diego Maradona en el mismo mes en el que ya se cumplirán dos años desde su fallecimiento.

Con el final de esta última, que incluyó un pequeño jam y guiños a “Live and Let Die”, el Salmón agradeció y se despidió del público. No hubo mucha interacción, no dijo mucho en palabras, pero sí entregó todo en música. Clásico tras clásico se llenó un setlist que no tiene que ver mucho con su última producción, pero que claramente dejó satisfechos a todos los que fueron. Todos los gritos y aplausos así lo confirmaron.

Andrés Calamaro

Fecha: 06-11-2022
Lugar: Movistar Arena
Productora: Red Eyes
Fotógrafo: Cristhian Quiroz   @cqphotographer
Periodista:    @


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agendamusical

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