Fecha: 29 de Marzo 2019
Lugar: Parque O’higgins
Productora: Lotus
Fotógrafo: Ramiro González
Periodista: Samuel Fuentes
A muchos les sorprendió la inclusión de Kendrick Lamar como headliner dentro de esta edición de Lollapalooza. No por sus credenciales, las que han sido más que suficientes para llegar a los escenarios más grandes del mundo, sino que por el posible desconocimiento por parte del público. Nada más alejado de lo que pasó en el Parque O’Higgins.
La incógnita era otra: ¿es esto otra parte de la gira promocional del aclamado DAMN. o sería el comienzo de un nuevo ciclo musical? El rapero es escueto en sus declaraciones, además de no tener referentes cercanos debido a los largos meses que habían pasado desde su última presentación en Atlanta, Estados Unidos. Entonces, pocas pistas, pero el misterio se resolvió rápidamente.
«DNA.» y «ELEMENT.» abrieron el show, el que repasó gran parte de aquella última producción, pero con algunos regalos y detalles.
¿Regalos? “Collard Greens”, canción colaborativa con SchoolBoy Q, fue una de ellas. «Backseat Freestyle» y “King Kunta” fueron otros de los títulos que aparecieron en los setlist y que pertenecen a sus anteriores producciones, good kid, m.A.A.d city y To Pimp a Butterfly respectivamente.
En el otro sentido, algunos de los detalles eran más evidentes para los seguidores del californiano. En otros shows, Kendrick Lamar se muestra más frío y distante, algo que no ocurrió en nuestro país. ¿Se habrá sorprendido por la cantidad de gente que lo esperó? Puede ser, pero más allá del motivo, era notorio el buen ánimo del cantante. No siempre se puede escuchar al público el cantar a capella una canción casi completa, como ocurrió ahora con “HUMBLE.”.
Lo que cautiva del músico es su presencia sobre el escenario. Prácticamente aislado de sus músicos, se paseó de un lado para otro, se inclinó y se prestó para diferentes representaciones dramáticas. Esa capacidad de actuación no es nueva, considerando que protagoniza todos sus videoclips, pero es difícil representarlo sobre el escenario sin que se vea maqueteado, demasiado planificado.
Lo de Kendrick Lamar fue un acierto, completamente. Se confirmó que el hip hop es uno de los géneros que se posicionarán globalmente, ocupando el espacio que en otro tiempo tuvo el rock. Si bien no es el único nombre ligado al hip hop, sí es el más importante y lo demostró. Vimos al mismo Kendrick Lamar que pisó los escenarios de Coachella o el de Lollapalooza Chicago. Al mismo que ganó el Pulitzer de la música y que se codea con lo más importante de la música norteamericana. La espera fue larga, pero Kendrick llegó en el momento justo.
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