Viniloversus a horas de su show en Chile: «Somos enemigos de la comodidad»


El Club Subterráneo será testigo de un esperado retorno: Viniloversus, una de las bandas más importantes del rock venezolano, aterrizará en aquel escenario esta noche del nublado jueves 9 de mayo, en un show que servirá para presentar su última producción: VVV. Las entradas están disponibles a través del sistema Passline.

A pocas horas de aquel show, Agenda Musical tuvo una charla con dos de sus integrantes, Rodrigo Gonsalves y Orlando Martínez, quienes nos contaron sobre su carrera, la escena del rock venezolana y sus planes a futuro.

Agenda Musical: Tengo entendido que este año llegan a los 15 años de carrera…

Rodrigo Gonsalves: Este año llegamos a los 15 años de carrera, pero realmente llegamos a los 15 años de habernos juntado en un garaje para empezar la banda. El primer disco se publicó en el 2008, por lo que estaríamos cumpliendo 11 años de ser una banda pública.

AM: Desde el primer disco, pero había algo antes…

Orlando Martínez: A él le da pena decir que tenemos 15 años de carrera, jajaja.

RG: Jajajaja. Es que eso ya nos hace sonar menos novedosos, jajaja.

AM: ¿Cómo se sienten con eso? ¿Pensaban llegar tan lejos?

RG: Estamos muy agradecidos de poder decir que tenemos una banda de rock and roll y podemos montarnos en un avión con nuestros mejores amigos y poder compartir nuestra música en otras ciudades con la gente. Es el sueño de toda banda el poder tener un show y algo de reconocimiento. Nosotros hemos tenido la dicha de tener una aventura increíble, nominaciones a premios Grammys, muchos conciertos en muchas partes del mundo. Si bien no somos los Arctic Monkeys, no somos una banda conocida mundialmente, nos hemos convertido en una banda de culto importante para la historia del rock and roll venezolano, eso es algo de lo que estamos muy orgullosos y que nos hace tomarnos muy en serio, nos hace tratar de ser lo más profesionales cuando se trata de montarnos en el escenario para entretener a la gente con nuestra música.

En los últimos 15 años, lo que más hemos aprendido es que hay que estar agradecidos de decir que la banda sigue viva y sigue publicando música. Recién presentamos nuestro quinto hijo, el quinto capítulo de la banda. Cuando comenzamos, nunca pensamos que llegaríamos a un quinto disco. El hecho de estar aquí, en una entrevista antes de nuestro segundo show en Santiago de Chile, es bastante surreal para nosotros. Si bien no estamos en jets privados viajando por el mundo con nuestra banda de rock and roll, se siente como si fuese así. El éxito y la felicidad que tenemos como artistas es de la misma índole, precisamente porque tenemos la oportunidad de tener una banda.

AM: El mismo hecho de vivir de la música, no todos lo pueden hacer. Hay muchos músicos que deben tener otro trabajo de tiempo completo para poder vivir.

OM: Nosotros no escapamos de eso. Cada uno de nosotros, somos artistas multidisciplinarios. Algunos nos vamos más a la parte audiovisual, mucho más hacia la parte plástica, pero todos mantenemos diferentes proyectos al mismo tiempo. El solo hecho de que podamos estar aquí haciendo esto, es maravilloso.

RG: Para nosotros, este es nuestro proyecto principal, siempre ha sido Viniloversus. Incluso se han gestado muchos proyectos paralelos a Viniloversus precisamente por los contactos que nos ha dado la banda y el crecimiento que hemos tenido como individuos.

AM: Y la misma retroalimentación entre ustedes, ¿no?

OM: 100%. Tanto Rodrigo como yo somos diseñadores gráficos y estuvimos colaborando con el arte del disco. Si hay que hacer una producción, si hay que trabajar, se trabaja. No vemos nada de malo en eso.

RG: También trabajamos mucho en el tema de la producción audiovisual. Nosotros como artistas creemos que ser músico no es suficiente. Si estás presentando una propuesta hoy día, donde la estética es tan importante, tener un proyecto, que es muy bueno en lo musical, debe estar amarrado a una propuesta estética. Es como presentar un plato que puede ser muy rico, pero que, si no está bien presentado, no llama el comérselo, como si te presentaran el plato de una manera elegante.

AM: Sobre todo ahora que nos pasamos pegados a la pantalla del celular, donde no siempre entra de una lo de audio, sino lo visual.

RG: Exactamente. Creo que es eso: integrar todo lo que hemos aprendido como artistas y siempre tratar de enaltecer la banda, seguir creciendo como músicos y artistas.

AM: ¿De dónde sacaron la idea de tener dos bajistas?

RG: Surgió en nuestros inicios por nuestra idea de tratar de diferenciarnos de las otras bandas y ser un poco ingenuos en nuestra propuesta de ser rebeldes sin causa, de buscarle las cinco patas al gato. Fue en búsqueda de ese sonido distintivo que nos planteamos cómo sonaría la banda si en vez de tener la clásica formación con dos guitarras, tuviésemos dos bajos y uno de ellos tuviese el rol de una guitarra.

AM: Lo que se hace en Primus, por ejemplo.

RG: Exacto, lo que se hace en Primus o en Kasabian, que es una gran influencia para nosotros. Inclusive Molotov, banda mexicana que en muchas canciones usa dos bajos. Esa presencia con una frecuencia tan profunda fue algo que nos llamó mucho la atención. Desde el último disco para acá, con la publicación de VVV, oficializamos el cambio de alineación donde ya no tocamos con los dos bajos en vivo, pero la identidad y el sello musical de la banda sigue siendo el mismo. Mucha gente no sabe que ya no contamos con dos bajistas y aun así el recibimiento del disco ha sido igualito a todos los demás.

OM: Es una evolución nata también. Comentábamos que en estos dos últimos discos que hemos hecho, la inclusión de nuevos instrumentos y elementos dentro de nuestra misma banda ha hecho que sonoramente experimentemos en sonidos que no habíamos hecho. El bajista de la banda también toca teclado en este disco.

RG: Es un tema de no limitarnos. No vamos a decir “tenemos dos bajos y vamos a morir así”, no.

OM: La evolución sonora va pasando, ¿sabes? Aunque no tengamos dos bajos en la alineación de ahorita, utilizamos un Moog, que es un sintetizador que nos baja la frecuencia, da una frecuencia muy baja. Entonces, jugar con eso y no limitarnos. La inclusión de nuevos elementos en la música siempre refresca, inclusive a ti, que te sigues reinventando y siempre tratando de ser fieles al lema que nos gusta sorprender más que complacer. Siempre estamos buscando que cuando el espectador nos vea, quede como “guau”, como “¿qué es esto?”.

RG: Definitivamente es la canción la que define la instrumentalización. O los conceptos de los discos. Si bien en nuestros primeros discos, nuestro sonido era más visceral, mucho más garaje, esa formación de los dos bajos funcionaba muy bien, sobre todo porque uno de ellos era muy distorsionado y ecualizado de una manera totalmente aguda para sustituir esa segunda guitarra.

Creo que ese elemento, esa fórmula, se usó bastante y tuvo su etapa, pero quedarnos pegados a eso o limitarnos a que la banda siempre iba a ser así, es como decir que la banda siempre tendría que hacer discos en español, pero nosotros sacamos un disco en inglés para tratar de experimentar. Los artistas que más admiramos son los artistas que se arriesgan y que toman decisiones que muchas veces son contraindicadas, pero que son las más arriesgadas y las que pueden generar más cosas.

AM: Eso es lo difícil, el reinventarse en el éxito y no cuando la gente se aburre de lo mismo.

RG: Y eso en todos los sentidos. No solo en la propuesta sonora, sino que en la estética, de comunicación, de mensaje que quieres promulgar como banda. Si bien en nuestros primeros discos, especialmente en el segundo y el tercero, empezamos a ver cómo la situación en Venezuela nos llevó a tener canciones de protesta. Creo que ya en este cuarto disco hablamos sobre nuestra situación como inmigrantes, un mensaje que estuvo muy presente en el disco.

Ahora, en este último disco, es el más espiritual de la banda en la temática, donde las letras se acercan más a la aceptación de la muerte y la creatividad como fuente de inmortalidad. Nosotros intentamos que cada disco tenga un concepto y ser muy respetuosos de que el concepto es el que dicta la instrumentalización, la parte estética y tratar de que todo sea muy redondo en base al concepto, que no sea “esto es la banda y esto es lo que tenemos que hacer, esto es lo que la gente espera de nosotros”, sino que ser fieles a nuestros valores musicales, pero lanzando la etiqueta por la ventana respecto de lo que la gente espera de nosotros. Se trata de hacer ese balance.

AM: Nombrabas a Kasabian como una de sus influencias, ¿cuáles eran las del comienzo, cuando tenían ese sonido más visceral? ¿hay alguna diferencia con las de ahora y este último trabajo?

RG: Cuando comenzamos y grabamos nuestro primer disco, estábamos en una etapa netamente rockanrollera, escuchando mucha música clásica, por no decir cliché, del rock and roll. Los Beatles, Led Zeppelin, mucha música de los 90 como Nirvana, muy influenciados también por bandas como The Cure, The White Stripes más acercados a los 2000. Todo siempre volviendo a esa esencia visceral rockanrollera.

Nuestro segundo disco, el que creo que es el más pesado hasta la fecha, fue nuestra etapa más fuerte de todas. Creo que llegamos a un punto pico de sonido pesado, de ahí empezamos a mutar un poco absorbiendo nuevas influencias en los últimos años. Hemos escuchado hip hop, muchísimo jazz, bossanova, mucho pop, eso nos ha hecho mutar y absorber estas influencias para meterlas de forma elegante, sin perder nuestros valores musicales como banda. Nuestra meta es que la gente que nos escucha pueda identificarnos indiferentemente del tipo de canción que estén escuchando.

Tenemos canciones muy pesadas, como en el último disco una llamada “Azteca” que es muy Viniloversus en sus raíces, muy pesada. También está el otro lado del espectro en canciones como “Carpe Diem” que es un pop muy melódico, pero donde puedes identificar ese sello de Viniloversus como una banda de rock and roll, pero solo expresando otro tipo de emoción.

AM: Queen mostró que el pop no tenía por qué ser liviano.

RG: Exactamente. Y que nosotros somos fieles creyentes que a veces un arsenal de amplificadores y distorsión, saliendo de una banda gigantesca y pesada que hace mucho ruido, puede ser igual de impactante que una persona con una guitarra acústica si el mensaje, el sonido o la propuesta es auténtica. Se puede ser igual que la banda de rock and roll súper pesada. A nosotros nos gusta jugar mucho con esos dos mundos, balancearlos y encontrar una sinergia.

AM: ¿Cómo era la escena del rock en Venezuela cuando ustedes comenzaron?

OM: Era increíble, brother. Era increíble, porque a nosotros nos tocó vivir lo que en Venezuela llamaron el “v-rock”, un movimiento que no solo era una banda, sino que un montón haciendo discos y música. Había marcas que apostaban y creían en estas bandas. Lo más importante es que había una escena en donde la gente se identificaba. De ahí salieron Los Mesoneros, La Vida Boheme, Rawayana y un montón de artistas venezolanos que, si bien algunos ya no están tocando, hicieron mucho.

Me atrevería a decir que uno de los mejores momentos en Venezuela para el rock and roll, sino el mejor, fue con este movimiento. Vimos cómo se gestó y creció, no es que estaba ahí desde siempre. Pasó porque un montón de bandas se pusieron a hacer buena música y la misma gente de allá dijo “guau, esto está bueno”.

Entonces empezaron a hacer festivales, conciertos y todo empezó a crecer, hasta que obviamente hubo un momento donde el país se vino abajo, se derrumbó. Obviamente la música no iba a poder con el derrumbe de un país, económica, cultural y sociológicamente hablando. Todo se vino muy para abajo, entonces tuvimos que hacer esto y ahora resulta que estamos en Chile, tocando, con muchos venezolanos. Hay un montón de bandas venezolanas que están viniendo y no solo a Chile, sino a todo el territorio latinoamericano por esa misma ruptura que hubo. Hoy en día es imposible ir y estar tocando en Venezuela.

AM: Justo eso les iba a preguntar, ¿saben cómo está la escena musical allá en estos momentos?

OM: Ahorita no existe, no hay nada.

RG: Es complicado. Yo no diría que no existe una escena musical venezolana, sino que el tema de la publicación de música venezolana está más viva que nunca. Es muy prolífica, sobre todo en la escena alternativa. A nivel de cultura de shows en vivo, de poder tener espacios para presentar los proyectos en vivo en Venezuela, es muy limitado. Te diría que inexistente, precisamente por el tema del crimen. Mucha gente tiene miedo de salir a locales nocturnos por la situación tan precaria que tenemos en Venezuela. Eso hace que la cultura de ver música en vivo desaparezca, totalmente, pero la publicación de música por parte de venezolanos está más viva que nunca. Son muchos artistas venezolanos de la generación “v-rock”, curiosamente con V también, tiene mucho que ver con eso. Nosotros, volviendo al inicio de la pregunta, nos tocó vivir el comienzo de esa escena. Comenzamos y grabamos nuestro álbum cuando mucha gente decía que el rock en Venezuela estaba muerto. Para nosotros, eso era una oportunidad de oro para ser esa banda de rock que no existía.

Sin que me quede nada por dentro, creo que nos convertimos en esa banda. Fuimos catalizadores de esa nueva generación. Después de la publicación de nuestro primer disco, El día es hoy, viene la publicación de muchísimos otros álbumes que marcaron pauta en esa generación de rock and roll para Venezuela. Ahora muchos tienen su vida en México, algunos de ellos en Argentina y otros en Colombia. Es increíble ser parte de eso, de esa ola.

AM: Ahora, a 10 años de su primera gira internacional, ¿qué metas tienen ahora y cuáles tienen a largo plazo?

RG: Nuestras metas inmediatas es la promoción de este disco, por supuesto. Lo trabajamos durante dos años con mucho, mucho cariño. Es un momento muy importante para nosotros como banda porque es como la culminación de la primera parte del maratón. Nosotros creemos que recién estamos comenzando. Si bien miramos para atrás, con más de diez años de carrera, creemos que es muy especial. Algunos de nosotros somos padres de familia, eso ha hecho que el proyecto agarre un lugar muy especial en nuestro corazón. A pesar de los cambios, de que algunos de nosotros seamos padres o que nos haya tocado vivir en diferentes ciudades, el proyecto ha tenido una resiliencia y resistencia para avanzar ante todas circunstancias.

Nuestra meta a largo plazo es la misma con la que comenzamos: seguir componiendo música, preparando propuestas y crear esa conexión con nuestra audiencia. A través de una propuesta honesta, original, que no busque la salida fácil. Somos enemigos de la comodidad. Somos enemigos de los atajos. Creemos que el trabajo duro, a nivel de lo musical y estético, es algo que la gente aprecia mucho y que genera esos fans hardcore. Son esos fans que ven ese trabajo, el tiempo que uno dedica a la otra.

Siempre y cuando esa conexión esté presente, entre nuestro público y nosotros, creo que Viniloversus va a continuar y va a seguir publicando música. Nuestra meta a largo plazo es seguir produciendo música, seguir conectando con nuestro público y seguir ampliando nuestros horizontes.

OM: Y comprarnos un avión privado, jajaja.

AM: ¿Tienen algún lugar al que nunca hayan ido, pero tengan muchas ganas de ir?

OM: Perú. Perú porque hay mucha gente, tenemos un público grande allá y nunca hemos tenido la posibilidad de capitalizar. En Chile ya es la segunda vez, es más común, ya tenemos amigos. Otras partes de Latinoamérica se abrieron, pero específicamente Perú es como una espinita que me encantaría sacar.

RG: A mí me encantaría visitar Brasil. Mucha gente que nos escribe es de Brasil, a pesar de la barrera de idioma. Sabemos que en Brasil hay mucha apreciación por el rock, entonces para nosotros sería interesante. También nos gustaría visitar Asia…

OM: ¡Te me adelantaste con eso! Jajaja. Me encantaría visitar Asia con la banda. Eso sería mucho.

RG: Hemos estado en Europa, en Estados Unidos. Norteamérica, Sudamérica, pero sería muy interesante. Todos nosotros somos fanáticos de la cultura asiática, entonces sería chévere el llevar la banda a esos lares.

AM: El último disco…

RG: VVV.

AM: Yo lo había leído como “triple V”, pero bueno, jajaja.

RG: ¡También! Como triple X, pero triple V, jajaja.

AM: Entiendo la V como “cinco”, por ser el quinto disco, pero ¿tiene algún otro significado personal para ustedes?

RG: Parte del significado es eso, es nuestro quinto disco, pero también en vista de que este disco es una oda a la mujer. Es como nuestro tributo a la apreciación de la energía femenina, eso es algo que nos gusta enaltecer. Esas ganas de ver la vulnerabilidad como una fortaleza y no como una debilidad es algo que queríamos representar en este disco. La letra V desde hace milenios que está asociada con la feminidad, como ícono gráfico.

A nivel de nomenclatura, se asocia mucho con la feminidad, como algunas palabras muy obvias que empiezan con la letra V como, por ejemplo, Venus, jajaja. Pensaste que iría para otro lado, ¿verdad? Jajaja. Todas esas cosas que nos hicieron darle ese título, precisamente por la letra V que representaba la feminidad a nivel fonético y a nivel visual, junto a la representación del número cinco, nos pareció ideal. Muy en sintonía con el concepto del álbum.

AM: Sobre Chile, están al tanto de que tienen muchos compatriotas acá, ¿qué piensan de eso? ¿habrá un show especial por la presencia de muchos venezolanos?

OM: Creo que parte de la razón de que podamos estar aquí tocando es por la comunidad venezolana que hay aquí. Queremos darle las gracias a Chile por haber recibido a todos los venezolanos con los brazos abiertos.

RG: Y al público chileno, que se ha abierto en los últimos años. No son solo venezolanos, sino que también muchos chilenos que nos escriben. Es increíble para nosotros el saber que hay personas que no son venezolanas, que son nacidas y criadas en Chile, que escuchan a Viniloversus por una razón Y o Z, ya sea por los venezolanos que han llegado aquí o por el recorrido de la banda después de 10 años, que haya roto esa barrera de su propio país. Esa internacionalización de a poco se ha logrado, entonces estamos muy agradecidos con Chile. No solo por el cariño que le han tenido a la banda, sino que también a nuestros compatriotas venezolanos que han tenido que emigrar en medio de las dificultades que atraviesa Venezuela. Como seres humanos, estamos agradecidos con Chile y sabemos que lo mínimo que podemos hacer como músicos es traer nuestro granito de arena, traerles rock and roll criollo al público chileno. Muchas gracias por el espacio, muchas gracias a Chile por recibirnos en esta ocasión tan especial que es la promoción de nuestro disco VVV.


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