Zakk Wylde
Fecha: 31 de agosto de 2015
Lugar: Ex Oz
Productora: F Prod
Periodista: Diego Puebla
Fotógrafo: Sebastián “Manson” Jiménez – http://instagram.com/mansonchile
Zakk Wylde: El alargue de las cuerdas
Un imperdible para el rockero fundamentalista fue lo entregado por el ex Ozzy Osbourne a pasos del barrio etílico más popular de la capital.
La ex Oz o Centro de Eventos Bellavista nos recibía la noche del último día de agosto en las faldas del Cerro San Cristóbal. Chaquetas de cuero por doquier, griteríos cada un par de minutos y una fila interminable marcaba una previa que nos demostraba la afición por el pelilargo en nuestro país.
Quince minutos pasadas las diez de la noche la iluminación desaparece y “The Battle of Evermore” de Led Zeppelin con banjo incluido marcaba el inicio de dos horas de concierto. Zakk Wylde junto a su compañero de Black Label Society, Dario Lorina, en guitarra y piano eran los encargados del poder sonoro de la noche.
Prácticamente veinte años de carrera eran contados de manera desgarrada. Solo cuerdas a ratos, teclados y cuerdas en otros momentos era todo lo visualmente llamativo. Desde la primera agrupación del músico llamada “Pride & Glory” hasta parte del catálogo de BLS donde la estridencia de la agrupación era traída a escena en los solos donde muchas veces la mantención del recurso era un chiste repetido, muy distinto para el fanático crudo que miraba expectante cada virtuosidad de una fórmula conocida.
“In This River” la composición para Dimebag Darrel fue el momento más emocionante de la noche, donde puños en alto y aplausos acompañaban esta pieza para su difunto amigo. “Suicide Messiah”, “Sold My Soul” o la versión “fogatera” de Stillborn fueron las credenciales para un show extraño para el querendón del Groove y la potencia de su banda insigne, con la variación melancólica y desgarrada de estos cortes donde la potencia es el alma de cada canción.
Una presentación de taberna, al puro estilo Wylde pero con pasajes donde la repetición bajaba el éxtasis generando una monotonía. Un alargue a la manifestación tradicional del estadounidense, donde las cuerdas fueron las más perjudicadas ante tanto toqueteo pero esta vez a la querida guitarra de palo.
0 Comments