Este viernes 11 se dio inicio a la primera versión del festival Primavera Sound en nuestro país. Este evento, originario de Barcelona, tuvo una acotada primera jornada como calentamiento para lo que se vendrá el resto del fin de semana. Esto tanto en la cantidad de artistas, escenarios y de espacio a explorar dentro del Parque, el que todavía no estaba habilitado al 100%.
Los ingresos fueron bastante expeditos, siguiendo un camino al costado del metro Cerrillos que facilita mucho las cosas para quienes no conocen el sector. Luego de varias barreras de acceso, inmediatamente nos encontramos con los dos escenarios principales, stands de merchandising y espacios verdes para descansar. La temperatura y día nublado ayudó bastante, considerando que el parque no cuenta con una gran cantidad de árboles capaces de dar sombra.
Beach House: Uno de los regresos más esperados
Una de las cosas que más llama la atención de Primavera Sound es la cantidad de artistas que debutarán en nuestro país. Ahí tenemos a nombres como Arca, Phoebe Bridgers, Mitski y más. Eso sí, para el primer día de La Bienvenida era un retorno el que acaparaba más las miradas: Beach House.
El dúo de Victoria Legrand y Alex Scally no estaba en Chile hace casi 10 años, con varios discos en el camino. Además, habían pasado de ser una banda que se presentó en el Teatro La Cúpula a estar en un escenario que congregó varios miles de personas. La banda seguía siendo la misma, pero la experiencia claramente iba a ser diferente.
Ya llegada la hora, con nubes que amenazaron, pero que no dejaron caer ni una gota, empezó a sonar «La gata bajo la lluvia» de Rocío Dúrcal. Claramente el público prendió con esto. Quizá no es parecido a lo que emana Beach House desde sus instrumentos, pero ese sentimiento algo tiene en común.
Poco después aparecerían en escena los dos antes nombrados junto a James Barone, el baterista que los acompaña en sus incursiones en vivo. Para saludar eligieron «Once Twice Melody», canción que da nombre a su último disco lanzado este año. Y el hechizo funcionó. Desde el comienzo que se generó una especie de atmósfera que cruzó a todo el público, expectantes, moviéndose pero sin saltar ni generar descontrol. En muchas partes era casi hipnosis, especialmente por un sonido de bajos particularmente potente que luego se ajustó.
El escenario mantenía solo lo imprescindible, lo necesario para generar la experiencia sin saturar visualmente. Predominanetemente negro, a veces era acompañado por luces azules, moradas y de otros tonos. Todo esto era solo estético, ya que prácticamente todo el show se realizó sin poder ver bien los rostros de los músicos.
A pesar de estar enmarcados en el dream pop, con Beach House podemos ver cómo rescatan cosas de distintas áreas cercanas. Lo anterior lo conocimos con el shoegaze, donde la atmósfera se llenaba más con lo sonoro que con lo visual. Y no era solo que no pudiéramos ver sus caras, sino que tampoco había mucha interacción entre ellos. A ratos cada uno estaba en su propio mundo, funcionando sincronizadamente sin cruzar ni una palabra.
Ya con «Silver Soul» y «Pink Funeral», pasado menos de 20 minutos desde el comienzo, el espectáculo ya se había ganado al público. En esta última también vemos un poquito de otro lado, en este caso del witch house, algo que acomoda mucho a lo que la líder hace con su voz y teclado. A veces Beach House requiere de silencio, en otros funciona con el acompañamiento de las voces del público. Aquí aquello estuvo a la perfección. Nadie quiso interrumpir los suaves toques que Scally le daba a su guitarra ni los gritos que algunas veces mostró Legrand.
Desde el escenario se notaba comodidad. Además, los norteamericanos estaban felices de poder estar en un festival, pero tener la posibilidad de tocar un set completo. «PPP», del disco Depression Cherry, fue una canción que pareció durar menos minutos de lo real, canción regalona también de muchas personas seguidoras del sello Sub Pop. Ahí ya todos entregados, esperando lo que nos quisieran regalar y aceptándolo.
«Runaway» fue una de las pequeñas sorpresas que tenían en este paso por Chile, siendo una de las pocas veces que la han tocado. También de Depression Cherry, uno de los álbumes cuyas canciones no habían mostrado en Chile, con «Wildflower» Legrand tomó la dirección de los sonidos. A sus costados, Scally y Barone hacían lo suyo de gran forma, pero la voz y el teclado de la franco-americana estuvo a otro nivel.
Lo mismo con «Lemon Glow» del disco 7, canción que se sintió con una intensa profundidad gracias a los sonidos bajos y a las gráficas blanquinegras que se proyectó en la pantalla al fondo del escenario. Con pequeños cambios de imágenes y colores hacían posible pasar de un ambiente a otro, todo sin mover un pie.
De ahí en adelante no hubo sorpresas, pero sí mucha emoción. El cierre con «Myth» y «Over and Over» estuvo a la altura de lo que se quería y se esperaba. Así, con muchos agradecimientos, terminó el show de Beach House. Sin haber comenzado el segundo día, este ya queda como uno de los puntos altos. No es fácil generar un tipo de atmósfera tan íntima en un espacio tan grande, pero lo lograron.
Primavera Sound
Fecha: 11 de Noviembre
Lugar: Parque Bicentenario de Cerrillos
Productora:
Fotógrafo: Christian Quiroz
Periodista:
Kevin Kaarl
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Christina Rosenvinge-
Chai
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