Bullet For My Valentine + Motionless in White
Fecha: 16 de julio de 2015
Lugar: Teatro Cariola
Productora: Transistor
Periodista: Diego Puebla
Fotos: Eugenia Fuentes
Un movimiento constante trajo la renovación del Teatro Cariola para los shows internacionales en nuestro país. Una ayuda fundamental para conciertos donde las mil personas son la pieza tope para lograr un espectáculo de buena calidad, donde el sonido jamás ha fallado por las prestaciones del local y la ubicación céntrica brilla como necesidad básica para los cientos de personas que gustan ver música en vivo desde todos lados de la capital.
Esta vez, para englobar ambas bandas, el metalcore se posicionaba como la vedette en una noche fría pero que dentro se transformaría en un calor humano totalmente agradable por la adrenalina entregada.
Ocho de la noche en punto y los fuegos eran difuminados en forma de sonidos con Motionless in White. Claros, dinámicos y transgresores son los epítetos claros que se pueden dar para estos cincuenta minutos de fortísima emancipació musical. Grandes matices, una variabilidad de estilos por canción y una interesante propuesta industrial, trajeron a los estadounidenses con el marco justo de gente para lucir “Reincarnate”, su último álbum de estudio.
“Break the Cyrcle”, “Devil’s Night” y el cover de Ramnstein “Du Hast” fueron algunos facultativos para engalanar una noche y ser los grandes elegidos para telonear a este gran plato de fondo. Recordemos que vienen realizando este trabajo amigos del género como “Asking Alexandria” además de los platos de fondo de aquella noche.
Todo totalmente dispuesto, diez y veinte de un feriado de jueves. La luz desaparece alrededor del recinto quedando iluminado sólo el final del escenario, Bullet For My Valentine vuelve a un escenario capitalino y la bienvenida la da un lienzo con su nombre.
Los galeses inician con “V” y “No Way Out” una travesía de catorce temas. Donde el sonido jamás tuvo un problema y la potencia fue su mejor aliado. “Raising Hell”, “Alone” y “The Last Fight” seguido por un solo extraordinario del ya mítico Matt Tuck, entrega pasajes donde las corrientes del metal fueron tomadas para generar un motivo de expresión propio. Líneas melódicas claras, baterías métricamente posicionadas y la gran pieza Jamie Mathias, el último eslabón en sumarse a esta cadena demuestra lo vigente de esta banda que en pocas semanas lanzarán “Venom”, su quinto álbum de estudio.
Escuetas palabras pero gran entrega ante un teatro con el 90% de su capacidad ocupada, fue la dosis de una nueva visita de BFMV, donde muchos asistentes ya están más grandes, vivieron su adolescencia con una banda que jamás decepciona, cómo lo va a hacer si son los ritmos de una generación completa.
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