El 21 de diciembre, el Movistar Arena se convirtió en el epicentro del rock progresivo. En el primero de los dos conciertos que el conjunto estadounidense Dream Theater ofreció en nuestro país tras dos años de ausencia, James LaBrie (voz), John Petrucci (guitarra), Jordan Rudess (teclados), John Myung (bajo) y el reincorporado Mike Portnoy (batería) ofrecieron un espectáculo que repasó su historia musical con la destreza que los ha caracterizado a lo largo de su carrera y que los ha consolidado como una de las agrupaciones más respetadas en su género.
Desde que se confirmó la novena visita de la Dream Theater a Chile, las expectativas eran altísimas entre sus fanáticos, quienes no solo esperaban vivir un show memorable, sino también la oportunidad de presenciar un hito histórico en la trayectoria de la banda: la celebración de sus 40 años de historia y el regreso de Mike Portnoy, su baterista original cuyo virtuosismo ha sido clave en la identidad del grupo. Sin embargo, lo vivido esa noche en el Movistar Arena superó cualquier pronóstico: un despliegue escénico impecable, energía inagotable durante casi tres horas y una conexión única entre los músicos y un público entregado desde el primer minuto a la propuesta de los estadounidenses.
El show comenzó con fuerza con «Metropolis Pt. 1: The Miracle and the Sleeper», un clásico que desató la euforia de la audiencia. Le siguieron pasajes del emblemático disco Metropolis, Pt. 2: Scenes From a Memory, considerado uno de los mejores de la agrupación. Canciones como «Overture 1928» y «Strange Déjà Vu» confirmaron que esta sería una velada para el recuerdo, en la que Dream Theater no escatimó en esfuerzos para llevar a los asistentes por un recorrido profundo y emotivo por su vasto catálogo.
El público chileno, por cierto, no decepcionó. Cada interacción de los integrantes de la banda con el público fue celebrado con entusiasmo, como cuando por ejemplo James LaBrie recordó su primera visita a Chile, en 2005. En aquella ocasión -contó- esperaban unos pocos miles de personas y se encontraron con una multitud de 30 mil fanáticos, en un recuerdo que subrayó la relación especial entre la banda y los fans locales.
Otro de los momentos emotivos de la noche fue la interpretación de «Hollow Years», momento en el público iluminó el Movistar Arena con sus celulares, creando un ambiente cargado de emoción, demostrando que, incluso en los pasajes más introspectivos, Dream Theater sabe conectar profundamente con su audiencia. En todo momento, la interpretación de James LaBrie destacó por su calidez y entrega y cumplió, pese a las dudas que existían sobre su capacidad vocal actual.
Tras una pausa de 20 minutos, la banda retornó al escenario con la interpretación de «Night Terror», primer adelanto de su nuevo álbum Parasomnia, que será lanzado el próximo 7 de febrero y que ha generado gran expectativa entre sus fans, ya que se trata del primer disco de estudio con Mike Portnoy en la batería desde el disco Black Clouds & Silver Linings (2009).
Otro de los momentos más esperados del show fue la interpretación de «Octavarium», un clásico de 24 minutos de duración que no se tocaba en Chile desde 2005, en la primera visita de los estadounidenses a nuestro país. Durante este tema, al igual que en cada momento del extenso setlist ofrecido a la audiencia, cada integrante de la banda tuvo la oportunidad de demostrar su virtuosismo, destacando la precisión y emotividad que los caracteriza. Fue un momento cumbre que consolidó la conexión entre Dream Theater y el público, marcando uno de los puntos más altos de la noche.
Finalizando el show, el encore del concierto cerró la velada con «Home», «The Spirit Carries On» y «Pull Me Under», interpretaciones que fueron el cierre perfecto para un concierto que, sin duda, clasifica como uno de los mejores del año y, además, como uno de los mejores que la agrupación ha ofrecido en nuestro país, convirtiéndose en un homenaje a su legado y un viaje a través de los grandes momentos de su historia.
En el escenario del Movistar Arena, Dream Theater reafirmó por qué es un pilar fundamental del rock progresivo: una banda que, tras cuatro décadas, sigue deslumbrando con su virtuosismo y capacidad de emocionar a su público. Esta gira celebró el pasado de la banda mientras anticipa el lanzamiento de Parasomnia, su próximo álbum, que promete marcar un nuevo capítulo en su impecable trayectoria.
Créditos imagen: @el.eme.
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