Rocco Posca es una músico, cantautor y actor argentino nacido en el año 2000. A su corta edad ha podido desarrollar una densa carrera musical que lo ha hecho poseedor de 3 álbumes de estudio y poco más de una decena de singles dedicados al rock alternativo e independiente, basado en influencias anglo y latinoamericanas que hace de sus composiciones una ilustre sensación de arreglos que oscilan en una diversidad de géneros unidos por rock.
Su carrera musical lo ha llevado a compartir cartel junto a bandas como Radiohead, Catfish and The Bottlemen, Flying Lotus, Babasónicos y Fito Páez. Además de ser parte de la galardonada película «La sociedad de la nieve» interpretando a Moncho Sabella, uno de los sobrevivientes de la tragedia de Los Andes.
Hoy en día, Posca se encuentra de gira presentando lo mejor de su carrera. En el marco de esa gira, llegará el próximo 16 de noviembre al Club Chocolate con un show acústico lleno de energía transandina. Algunos días antes, logramos conversar con él sobre sus inicios, la película y los cambios que ha producido dentro de su vida y su música el vivir en la contraposición de un régimen anti arte y un apogeo de la cultura actual argentina.
AgendaMusical: A tus cortos 25 años ya contamos con una densa carrera musical ¿Cómo fue tu inicio en la música? ¿Qué hechos te llevaron a realizar tus primeras composiciones?
Rocco Posca: Aunque parezca que no, ya son 11 años de estar tocando sin parar. Pero, para resumirlo, empecé desde muy pequeño a tocar la guitarra y rápidamente nació la necesidad de hacer mis propias canciones, ya que mi profesor no me enseñaba canciones, sino que me enseñó conceptos de la música y me decía «¡explorá con eso que yo te doy!». Entonces, desde chico quise componer lo mío, tuve muchas bandas que desafortunadamente se fueron desarmando, pero yo tenía ganas de sostenerlo en el tiempo y empezar a hacer algo.
Ya a los 14 años decidí hacer mi carrera solista y empezar a tocar en todos los lugares habido y por haber del underground porteño en Buenos Aires. Mis padres me llevaban a altas horas de la madrugada a los locales a tocar para luego salir por la parte de atrás ya que no podíamos estar ahí, éramos re menores, ¡así fue! Así fue que no paré de tocar y con 16 años grabé mi primer disco, tuve la suerte de tener una discográfica que, en ese entonces, me aportó las herramientas como entrar a un estudio, si no hubiera sido más difícil.
AM: Desde muy joven te has posicionado sólidamente dentro de la escena del rock independiente latinoamericano ¿Cuáles son las influencias que puedes identificar al momento de crear tus primeros discos?
RP: Yo creo que mi primer disco es muy visceral. No me importaba qué micrófonos estaba usando, qué guitarras, qué distorsión, no importaba nada, yo lo único que quería era que me pusieran un micrófono en frente y grabar las canciones. Son canciones cortas de no más de dos o tres minutos como máximo. Necesitaba decir lo que tenía para decir, de la forma que tenía para decirlo y quería decirlo con la menor cantidad de cosas posibles, como lo más despojado posible.
Es un disco que casi no tiene bajos, nada más que guitarras, baterías y voces, muy guitarrero a pesar de no tener solos. Lo considero un disco muy de la tripa, influenciado por bandas como Nirvana, Stone Roses, como Oasis también ¿por qué no?, los Rolling Stones, Beatles y Jimi Hendrix. Como que estaba en una época muy rockera, a la vez también ese disco tiene una samba “Sin Pensar Fui a La Orilla”, siempre estuvo dentro mío la diversidad de géneros pero con la raíz en el rock.
Y pues en el segundo disco descubrí a Pink Floyd, descubrí todo un mundo que me abrió a los sintetizadores y teclados, a incluir otro tipo de sonidos a las canciones. También dejé de buscar solamente lo que tenía que decir en solo dos minutos y darle lugar a los arreglos y sonidos, a sí importarme que piano grababa, qué guitarra, qué distorsión y con qué pedal.
En el tercer disco ya me obsesioné con todo esto y de verdad siento que suena de puta madre. Es un disco que me encanta y, a la vez, creo que siempre mantiene lo austero en relación a la canción. Es lo que yo consumo, me gusta oír una linda melodía con una buena letra, hay algo en mi música que tiene mucho que ver con eso, con poder cantarlo, poder anunciarlo y sentirlo.
AM: Actualmente vivimos un apogeo de la música independiente argentina, a pesar de todas los límites que el gobierno les ha impuesto ¿Cómo ha sido para ti y el resto de los argentinos el impacto de la Ley Ómnibus? ¿Cómo ha afectado a las distintas formas de explorar la cultura y el arte?
RP: Dijiste Ómnibus y me dió un chucho de frío. Yo que sé, qué crees, es un bajón, creo que no hay mucho más para decir, siento que me gustaría creer en algún punto que es ignorancia, pero siento que no estoy tan seguro que sea ignorancia, creo que es agrede y que tiene un propósito. Un país sin su cultura es un país sin espíritu y alguien sin espíritu puede ser llevado y dominado para cualquier lado.
Me da la sensación que es un momento del mundo tan delicado, en donde también hay tantos intereses de tantas potencias del mundo en un continente tan rico y tan lleno de vida y recursos que no me parece que esté desvinculada una cosa de la otra. Siento que quitarle a un pueblo su corazón, su cultura, es despojarlo de la conciencia en sí mismo y sin conciencia no hay mucho que defender. Ha sido muy duro, están haciendo unos movimientos con un trasfondo que no me gusta ni pensarlo, me da repudio. Pero bueno, a la vez, la historia demuestra que, en este tipo de tiempo, la cultura suele hasta fortalecerse más. Quitáme la hoja y escribiré en mi brazo, sacáme el lápiz y pincho mi dedo para escribir con sangre, va a seguir estando nunca va a frenar.
AM: Formas parte de la disciplina de la música y también del cine, participaste de la película “La Sociedad de la Nieve” la cual se posicionó de las mejores y más galardonados del cine hispanohablante ¿Cómo fue el proceso de pertenecer a este proyecto de Netflix?
RP: ¡Uff! Fue largo, imagínáte que el proceso de casting duró aproximadamente seis meses y yo no tenía muy en claro para qué estaba audicionando, eso estuvo bueno. Creo que hasta el penúltimo casting no entendía muy bien qué estaba haciendo. Tampoco tenía mucha intención de quedar, estaba muy acostumbrado a audicionar y no quedar y no le tome mucha importancia hasta que me entere quién era el directo y el resto del cast y dije: ¡Estos pibes son lo más de la vida! Me encantaría compartir más tiempo con esta gente y cuando me entero que el proyecto se trataba de la tragedia de Los Andes, me agarró una cosa de ¡quiero estar! Y así fue.
Y fue una locura todo el proceso de engordar primero mientras ensayábamos para después poder adelgazar 10 kilos, 15 kilos, dependiendo del caso de cada uno, con mucho frío, lejos de la familia y filmando en otro país. Fue increíble, fue una cosa que volvería hacer sin lugar a dudas, pero que cambió casi todo en la vida de uno. Realmente fue muy movilizante y que inevitablemente nos modificó, uno no volvió siendo el mismo, ni ahí, para bien en muchas cosas y en otras, ni bien ni mal, simplemente cosas que cambian, que te modifican.
En el tiempo que se terminó de filmar y editar la peli, estuve en el limbo, me fui a vivir a la montaña y no sabía que quería hacer con mi vida, no toqué, hice otras cosas. Me conecté mucho con la tierra, hice otras actividades, hasta que salió la peli y me dio un subidón de algún modo y justo también saqué la canción “Viento helado” y después este año realmente lo defino como una locura, no paré de moverme y de conocer lugares y gente, fue muy hermoso la verdad.
RP: Yo siento que estamos viviendo un momento impresionante en la historia de la humanidad, que se puede manifestar en un tremendo caos y con una sensación de que estamos en un momento que no se entiende para dónde va a disparar, pero siento que a la vez está emergiendo una energía muy novedosa y buena, una necesidad de crear algo nuevo, de simular nuestra vida con el entorno y nuestra existencia, si no lo hacemos nosotros, nadie vendrá a hacerlo.
Es un desafío estar vivo justo ahora, un momento de profundo caos que vive simultáneamente con nuestra existencia misma, vulnerables siempre a cambios y momentos fuertemente itinerantes.
AM: Si nos centramos en el escenario chileno ¿Existe algún artista o banda chilena que esté en tu playlisy o con quien desees colaborar en un futuro próximo?
RP: Bueno mirá, estoy contando últimamente que fui al show de Alex Anwandter en Buenos Aires y fue uno de los shows más increíbles que vi en mi vida, es un artista espectacular. Todo, como suena la banda, como canta él, la presencia que tiene, las letras, me pareció un show realmente increíble, me parece un artista muy grande. Por supuesto que desde siempre fui muy fan de Los Prisioneros ¿quién no? Y bueno creo que ellos dos son los referentes más power que tengo. Unas chicas también, que me encantan, Dúo Pajarito, que tienen unas voces tan hermosas y es increíble lo que hacen realmente. (Violeta) Parra para mí es un referente fuerte de la canción, de las letras y de esa cosa que entra por el corazón directamente y que te conmueven, pero no sabés cómo.
AM: El próximo 16 de noviembre te presentarás en Club Chocolate, ¿Qué podemos esperar de este debut en tierras chilenas?
RP: En esta ocasión voy a hacer un show acústico, es como me estuve presentando en esta gira, pero eso no quiere decir que sea un show tranquilo, pues mis show suelen ser muy energéticos, muy arriba y voy a hacer un repaso por toda mi discografía. Y nada, siento que va a estar espectacular, puedo firmar que lo voy a dar todo y que realmente es algo que amo y que hago hace mucho. Me gusta cuando la gente se me acerca y me dice «yo había escuchado tu disco, pero cuando te vi en vivo entendí todo».
Me considero un artista del en vivo, más que del disco creo que tener la oportunidad de confirmar eso da muchas posibilidades para que el show sea re bueno, ¡ya está! En breve cruzaré la Cordillera y podrán disfrutar de todo lo que hemos preparado para ustedes.
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