The Neal Morse Band en Chile: Por gracia divina


Fecha:  16 de junio de 2017.
Lugar: 
Teatro Teletón.
Productora:
Chargola Pro y CK Concerts.
Fotógrafo: 
Ramón Gómez
Periodista: Cristián Carrasco

Lluvia no ahogó regreso del estadounidense.

Al cierre de la jornada laboral, Santiago se vio azotado por un fuerte temporal que cortó calles y dejó varios sectores sin luz, incluyendo el renovado Teatro Teletón. En la entrada, bajo un panorama dual, el recinto tuvo la fortuna de continuar con sus quehaceres ante la precaución de posible fallas de corriente con el arriendo de generadores que en segundo volvió todo a la normalidad. Así, contra todo pronóstico, la ceremonia progresiva seguía su marcha. La música pudo más.

De este modo, la noche de viernes obsequió una sesión memorable gracias al hombre tras Spock’s Beard y su banda de lujo cómplices de una sinergia en formato canción. A cargo de un contingente de ensueño (Bill Hubauer, Eric Guillet y Randy George de Ajalon), el teatral Neal Morse llenó de mensajes positivos creaciones de repertorio donde es amo y señor. En comparativa, aquí se luce frente a sus participaciones en propuestas del género visto en Transatlantic o Flying Colors. Como bien dice el proyecto, es su propuesta.

Enfocado al show, los largos pasajes obligaron a dividir el espectáculo generando espacios de relajo entre asistentes y la propia banda. Fríamente calculado corrieron proyecciones y parrilla de luces en las dos horas de presentación de momento de reflexión, euforia y admiración.

Recién al segundo tiempo, el líder de la banda se toma unas palabras para expresar su gratitud ante unas 850 personas que en palabras de pasillo, «sorprendió» a la agrupación.

Cerca de las 23 horas, Portnoy habla y todo se vino abajo, como siempre. Winery Dogs, Adrenaline Mob, Dream Theater… sea bajo el título que fuese, Mike es personaje y se deja querer.

Cargado a la magna obra «The Similitude of a Dream» (2016), los más de veinte tracks que ilustraron su paso por el país dejaron más que satisfecho a la siempre hambrienta fanaticada insaciable de sonidos complejos. Un deber, por si aún no lo conoce.


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