Pearl Jam en Lollapalooza Chile
Fecha: 16 de marzo de 2018
Lugar: Parque O’Higgins
Productora: Lotus
Fotógrafo: Carlos Muller / Lotus
Periodista: Diego Puebla
La agrupación que se presentó por segunda vez en Chile en menos de tres días presentó lo más popular de su cancionero.
“¡¿Cómo están po?!” manifestó Eddie Vedder en su primera intervención leyendo en español, con botella de vino local en mano y logrando la mayor cantidad de público en la jornada de viernes en su segundo paso por Lollapalooza Chile.
Con la escenografía calcada a su presentación del 13 de marzo en Movistar Arena con luces esféricas, parrillas de luces robóticas y dos pantallas gigantes pero en el impetuoso proscenio Vtr Stage utilizado para los cierres de jornada son las visuales y la estética simple que mostraron los de Seattle. Con una felicidad permanente de la banda con nuestro país, quedándose una semana en estas tierras son algunas manifestaciones simples de la reciprocidad del quinteto y el público chileno.
Comenzando con “Corduroy” para terminar con “Yellow Ledbetter”, los 24 temas interpretados en su presentación que inicia su gira por Sudamérica dentro del mismo festival, mostró lo mejor de su catálogo con debut absoluto de cortes como “State of Love and Trust” o “Rearviewmirror” diferenciándose de lo ocurrido hace días atrás con la mayoría de canciones más populares del conjunto con una clara maniobra para un público más transversal que gozó intensamente esta verdadera devoción por los norteamericanos entrando al ranking de los recitales con mayor convocatoria cada vez que pisan Chile.
Como muestra del constante feedback, el bonachón de Eddie Vedder constantemente preocupado de los que más adelante intentan ver cerca de su agrupación favorita, jugó con el público, río y bromeó, repartió vino a la primera fila y se paseó por todo el escenario en una versión más activa de sí mismo modificando su conducta dependiendo el lugar a presentarse. Uno de los mayores frontman del rock desde aquella juventud donde trepaba por las instalaciones en plenos conciertos, pero que a estas alturas y con varios años encima, no decae en lo absoluto en voz y capacidad de manejo escénico.
La óptima elección del set mantuvo en estado de concentración a los miles de espectadores que se deleitaron con esta capacidad de Pearl Jam, de lograr sentir especial y única cada experiencia con la banda exclusiva en su especie. Dos horas en sumatoria, un sonido perfecto y una presentación transversal, dinámica y directa nos demuestra la capacidad y la confianza absoluta de unos que ya saben vivir con el éxito y tienen la fórmula perfecta para jugar de local en un país que ya los considera como parte del diario vivir y como fundamental en la asistencia de una presentación en vivo. Excelencia en clave de rock.
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