La espera fue súper larga. Desde el 2019 que muchos fanáticos esperaban el regreso de Hot Chip a nuestro país. Finalmente fueron casi siete años los que tuvieron que pasar para que Alexis Taylor y compañía pudieran llegar a nuestro país, aunque eso coincidió con la llegada de nuevo material a su repertorio de la mano de su disco Freakout/Release.
Aquello fue lo primero que mostraron, tocando varias canciones como la que le da nombre al disco y otros singles como «Eleanor» y «Down». Movimiento que se podría considerar arriesgado, cuando se sale al escenario se quiere mover el suelo desde el primer minuto, pero funcionó.
Aquello es parte de la estampa que ya tiene Hot Chip. Son más de 20 años de carrera donde han recorrido diferentes caminos dentro de la música electrónica, pero siempre manteniendo un sello que permite unir todos sus trabajos.
Esto último tuvo principalmente tres pilares. El primero fue Joe Goddard. A pesar de algunos pequeños problemas técnicos al comienzo del espectáculo, el DJ y fundador de la banda estuvo a la altura de un espectáculo que podría estar en cualquier gran festival del mundo. Manejó los tiempos y agregó condimentos que solo él, alto y con un abrigo que llamaba la atención dentro de un agradable clima, podía lograr.
Otro es el miembro no oficial Rob Smoughton. Usando una analogía futbolística, los equipos andan mejor cuando tienen un jugador que es capaz de recorrer toda la cancha, ocupar todos los espacios y apoyar al resto de sus compañeros. Ese fue él. Se paseó por todo el escenario, ya sea con su bajo o con otros instrumentos, incluso apoyando en las voces.
Lo de Alexis Taylor ya es clásico. Sin grandes despliegues de movimientos, saltos ni gritos, el inglés logra unir todo lo que pasa en el escenario. A ratos incluye estridentes guitarras, sumando un elemento llamativo a este synthpop bailable que lo mantiene siempre fresco. A pesar de tener décadas sobre los escenarios, mantiene esa imagen de timidez con energía reprimida, esa que trasmite a todos los que lo miran y los hace bailar. Y vaya que los hace bailar.
A pesar de no tener letras difíciles o en idiomas inventados a lo Sigur Rós, lo principal de Hot Chip es bailar. Owen Clark es uno de los que más libertades se da en ese sentido, pero la misión sigue siendo provocar los movimientos bajo el escenario. Las luces acompañaron todo perfectamente. De alguna forma lograron que los colores y formas se unieran muy bien a la música, demasiado bien, la atmósfera de fiesta se generó rápidamente. Ni siquiera una pantalla se necesitó. Y, claro, también había fiesta posterior al show, así que la situación no podía ser mejor.
Incluso manejando una formula que funciona cada vez, Taylor y compañía se las arreglan para meter elementos que hacen cada presentación única. A las ya nombradas intervenciones en guitarra del frontman y de los juegos con los que el resto de la banda motivaba a la gente, el realizar versiones en vivo muy diferentes a las de estudio es algo que se lleva los aplausos. Ocurrió, entre otras, con «Ready for the Floor». Una canción que tiene casi quince años no es fácil de reinventar, pero la lograron incluso simplificar para mantener lo importante: a la gente en movimiento.
Un punto a favor del público. A pesar de que se permitió la venta de cervezas dentro del lugar, no se vio nada, nada, nada fuera de lugar. Todo se desarrolló con mucha calma, algo no muy común dentro de los espectáculos masivos de música. Se agradeció mucho.
Incluyendo su salida con «Over and Over» y regreso al escenario junto al clásico «I Feel Better» como encore, fue casi una hora y media de show de los británicos. Y se hizo súper corto. Ellos se mostraron felices, habían comentado el accidentado camino hasta el retorno y también lo agradecidos que quedaron con la recepción. Ahora solo esperar que una nueva visita no demore tantos años.
Hot Chip
Fecha: 05-11-2022
Lugar: Caupolicán
Productora: Fauna
Fotógrafo: Victor Galvez
Periodista:
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