Vicentico en Chile: El importante soy yo


Vicentico
Fecha: 27 de mayo de 2018
Lugar: Teatro Caupolicán
Productora: T4F+Bizarro
Fotógrafo: Ramón eMe Gómez
Periodista: Samuel Fuentes

El domingo por la noche, Vicentico –voz de Los Fabulosos Cadillacs– se presentó en el Teatro Caupolicán como parte de una mini-gira que lo llevó por varias ciudades del país.

El espectáculo partió con “El otro”, canción que marcaría la tónica del show completo: El músico argentino al centro, con un gran juego de luces y tres músicos de apoyo, apoderándose del escenario en su totalidad y con el público a su merced.

Luego siguió “Ya no te quiero” y “Las manos”, logrando entrar más en juego con el público, uno que sobrepasaba los 40 años en promedio y que creció con su voz al alero de la conocida banda trasandina, generando una cercanía que traspasó más de una generación.

Casi siempre con una guitarra al hombro y un simple polerón negro, Vicentico presentó «El rey del rock and roll». «Creo que me enamoré», «Fuera del mundo» y «La carta», todas parte de un setlist dedicado hasta el momento exclusivamente a su carrera solista, plagado de canciones que hacen guiños a su agrupación principal, pero que tienen un sonido más soft y radial que lo ha posicionado como un artista pop más que como el líder de la célebre banda de rock-ska ochentera.

Esto siguió con “No te apartes de mí”, “El aguijón” y “Siguiendo la luna”, siendo las últimas dos de las primeras canciones interpretadas de Los Fabulosos Cadillcacs. Lo llamativo fue que, a diferencia de las anteriores, estas las enfrentó sin la compañía de sus músicos, sino que solo con una guitarra acústica. Y eso bastó para entretener y hacer cantar a un Caupolicán repleto, todos con ansias de ver al bonaerense en escena.

Al terminar esta última, lanzó una frase medio en serio y medio en broma: “El importante soy yo”. Y es verdad. Vicentico podría haber estado acompañado de los músicos más importantes del momento, pero el único motivo que congregó a esas personas fue su voz, su impronta sobre el escenario y las sensaciones que es capaz de traspasar. El resto acompaña, pero no brilla.

“Las estrellas”, “Paisaje” y “Morir a tu lado” fueron otros de los cortes presentados, los que luego dieron paso a uno de los momentos más altos de su presentación, quizá la canción más conocida de su repertorio solista: “Los caminos de la vida”, con una versión que luego transformó a la cumbia, aumentando la temperatura en una gélida noche santiaguina.

Con una hora y treinta minutos casi exactos en el escenario, Vicentico abandonó la tarima. De todas formas, el espacio que dejó de ser ocupado por la música ahora fue plagado por gritos, cantos y silbidos de aquellos que no consideraban como suficiente lo presentado. Querían más.

Y así lo sintió, volviendo pocos minutos después para entregar dos hits: “Algo contigo”, interpretada de forma muy risueña, y “Solo un momento”.

Al despedirse y sacarse la guitarra del hombro, la gente volvió a rugir, pidiendo una más. De nuevo a solas frente a la audiencia, Vicentico entregó una emotiva versión de “Vasos vacíos”, tema que saltó a la fama de la mano de Celia Cruz a finales de los ochenta.

Con eso se cerró una noche de casi dos horas de música, dejando felices a quienes fueron a ver a Vicentico y con ganas a aquellos que pensaban que la noche sería solo un repaso de los temas de Los Fabulosos Cadillacs.

Vicentico nuevamente dio una clara señal, diferenciando sus conciertos en solitario con los otros, en los que encabeza a una banda completa que presenta un espectáculo. Aquí no, solo fue él. Y, sin duda alguna, eso fue suficiente.


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