Ozzy Osbourne
Fecha: 3 de mayo de 2018
Lugar: Movistar Arena
Productora: T4F+Bizarro
Fotógrafo: Ross Halfin
Periodista: Diego Puebla
El músico a estas alturas ícono de la cultura popular mundial se presentó en un repleto Movistar Arena
“No More Tours 2” es el reflejo contemporáneo de aquella gira que en su primera versión en el año 1992, John Michael Osbourne u Ozzy se retiraba en aquél entonces por un erróneo diagnóstico de una grave enfermedad. En este actual tour donde no hay patologías asociadas, pero sí ganas de estar con su familia y parar debido al desgastante recorrido realizando shows por el mundo donde a su edad (69 años) y con harto carrete en el cuerpo, el detenerse un poco y concentrarse solo en conciertos más puntuales, lo motiva a realizar este viaje del adiós para llegar a nuestro país y así, llenar el recinto del Parque O’Higgins con la fórmula de la vieja usanza.
Los fervientes seguidores y seguidoras con el negro como color predominante, modificaron el plan inicial donde la Pista Atlética del Estadio Nacional serviría como el lugar de reunión para esta celebrada despedida. Esto no fue así finalmente, y el punto de encuentro sin quererlo fue el lugar ideal para los casi 12 mil espectadores que se apostaron desde temprano en el cercado del centro de la capital chilena.
A eso de las 21:34 y con piezas que ayudaban al ambiente rockero como “For Whom The Bell Tolls” de Metallica servían de antesala, hasta que las luces se apagaron, y las pantallas reflejaron algunas etapas del cantante en una rápida cronología con fotos desde niño, en su etapa por Black Sabbath y sus momentos solistas, siempre con el rostro al borde de una locura que lo caracterizó en casi 50 años de carrera artística.
Con el lugar atiborrado de personas en un ejercicio dificilísimo a estas alturas, más aún con una industria local y mundial que goza por la desaparición de las canciones con guitarra dicho por Spotify en las últimas semanas. Para qué decir de la extinción del heavy metal como género popular y su nula influencia en los rankings mundiales, que alguna vez lideró Osbourne en los 80’s y 90’s en un flashback musical que logró aquella noche de martes.
El inicio con “Bark At The Moon” parte del disco homónimo del 83, además de “Mr.Crowley” catalogado en “Blizzard of Ozz” fueron el comienzo de la catarsis de una noche correctísima por parte del ex Black Sabbath. Con una voz que cumple, además de la compañía pulcra de Zakk Wylde quién pudo reemplazar al icónico “Randy Rhoads” en guitarra, “Blasko” Nicholson en las cuatro cuerdas, Adam Wakeman en sintetizadores, teclados y acompañamientos de guitarra, además del monstruo en la percusión demostrando su talento en la gira de despedida de los Sabbath y ahora con Ozzy, Tommy Clufetos. Todo esto, sumado al impecable trabajo audiovisual y puesta en escena donde los laser, las proyecciones en las pantallas e incluso en la cruz que acompañó a sus espaldas toda la presentación nos transportó a los grandes escenarios y conciertos de rock crudo donde los amplificadores en masa gozaban como una pared imponente la ejecución musical interpretada, como ocurrió también en Santiago de Chile.
Catorce temas con el broche de oro de la dupla “Mama I’m Coming Home” y “Paranoid”, o joyas del catálogo de su ex conjunto como “Fairies Wear Boots”, piezas en solitario como la polémica “Suicide Solution” debido al conflicto judicial de su temática en plenos ochentas o “Shot In The Dark”. Mostraron al público local que el intérprete de casi 70 años se lució en un concierto con el esquema clásico de solos y banda compuesta por los instrumentos que figuran como “pasados de moda”, logró sin lugar a dudas una óptima despedida con parada en Chile de los escenarios en todo el orbe … y totalmente a la antigua.
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