Evanescence
Fecha: 4 de mayo de 2017
Lugar: Movistar Arena
Productora: Fenix
Fotógrafo: Kena Luppichini
Periodista: Diego Puebla
Seis mil personas disfrutaron con la vuelta del grupo norteamericano a nuestro país.
Hay ciertos patrones dentro de la industria de la música con componentes similares y Evanescence es un ejemplo claro de la manifestación de un fenómeno extraño, pero no único. Una visita distinta a la realizada hace 10 años, cuando se presentaron ante unas 15 mil personas en la Pista Atlética del Estadio Nacional. Y mejor que la pasada del 2012 por el ex Arena Santiago.
La agrupación que supo converger entre la oscuridad imperante en unos 2000 donde el nu-metal era amo y señor, para un segmento de la adolescencia que quería recibir mensajes potentes, pero con la dulzura sombría de alguien que podía cantar sobre graves problemas existenciales y amores melancólicos. Años costó desde su formación en el año 1995 para una explosión mediática luego de “Origin”, primer disco en el año debut del nuevo milenio. Seguido a esto tres años más tarde “Fallen” fue el disco que impulsó la carrera de la banda, con un conocimiento en redes sociales que pocos preveían en aquel entonces dando la posibilidad de descargar los temas para una masividad que ellos consideraban impensadas. Resultado: Más de 17 millones de discos a la fecha solo del disco recién nombrado, agrupación fundamental para este rock alternativo con tendencia al gótico y la carismática Amy Lee convertida en parte de la cultura pop colaborando con distintos músicos, y siendo considerada una de las mejores voces de este metal más tenue y delicado.
Diecisiete años más tarde donde esos adolescentes con problemas reflejados en las letras, crecieron y se juntaron logrando seis mil personas en un Movistar Arena, acotando el recinto para la ocasión. La cercanía fue clave para un show repletos de gritos y muestras de cariño entre la agrupación y los asistentes.
“Me encanta lo ruidosos, apasionados y entregados que son en Chile. Los quiero de verdad” era una de las loas que entregaba la vocalista quién junto a los destacados Tim Mccord en bajo, Jen Majura y Troy McLawhorn en guitarras y Will Hunt en batería que luego de estar como apoyo se sumó al conjunto para dar frescura a la percusión con un parecido solo anecdótico a Mikkey Dee ex batería de Motorhead.
Nada de especulaciones y en una hora más treinta minutos canciones como “Lithium”, “My Inmortal” o “Going Under” reflejaron la honestidad de unos que viven de sus éxitos pasados sin importar la exigencia de los fanáticos. Ya van cinco años sin sacar música actual que refleje el momento presente a la hora de componer, pero hay ejemplos de sobra de quienes siguen reapareciendo con hits antiguos pero con amplia aceptación de lo más importante que es sus seguidores. No importa el año o hace cuanto fue la cúspide del éxito propiamente tal, pero Evanescence logró a cabalidad manejar algo que otros buscan durante toda la vida.
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