La explosividad de Nathy Peluso debe ser de sus mayores características, pero no la única. A esa capacidad sobrehumana de derrochar energía, se suma otro de sus puntos fuertes: la gran capacidad que tiene de mezclar diferentes mundos, pero siempre manteniendo su propio sabor. Aquellos puntos fueron los pilares de lo que mostró en su presentación este domingo en el Movistar Arena.
Después de un comienzo algo tardío, incluso confundiendo a la gente ahí presente, la trasandina apareció en el escenario junto a su numerosa banda. Desde un primer momento se notó que ella era el centro de todo, la única que podía moverse de lado a lado en el escenario y prácticamente comerse la pasarela central que la acercó todavía más a sus seguidores.
En sus primeras canciones ya podemos ver el abanico de oportunidades que nos ofrece. Con «Celebré» la vemos más cerca de lo urbano actual, mientras que con «Sana sana» nos fuimos al urbano de hace unos años. En «Buenos Aires» vemos un pop con muchas influencias de lo que se escuchaba por las radios en los 90-2000, pero con «Puro veneno» nos metimos de lleno en la salsa. El hilo conductor siempre es su capacidad de hacer de todo un acto dramático, claramente en el buen sentido.
Al final de esta última recurrió a unas rosas para entregar algunos momentos de performance que fueron aplaudidos por todo el recinto. Dos de ellas las tiró a cada lado del escenario, pero con la tercera bajó para tener todavía más cercanía con quienes aguantaban la presión en la reja. Tras un beso en la mano de una fanática, le entregó la tercera flor. Aquí también reside esa dualidad de mostrar mucho carácter sobre la tarima, pero cercanía al estar frente a frente a quienes la vinieron a ver. Explotó esto más de una vez.
Otro de los elementos que utiliza en sus shows son covers. El primero de ellos fue a «La despedida» de Daddy Yankee, que partió de la mano de todo el drama porteño para luego pasar al sonido bailable que ya tenemos grabados en nuestras cabezas, aunque con tintes más latinos que caribeños. Hacer propio un cover no es fácil, pero lo logró.
Lo mismo ocurrió con «Ateo» de C Tangana, siempre aportando a su innegable calidad vocal con un montón de teatralidad. Caras, gritos, poses y mucho más, todos los recursos corporales posibles eran puestos en práctica, en especial al llegar a «Mafiosa», canción que requiere todo el dramatismo posible. Aquí Peluso ya hasta daba indicaciones a las cámaras sobre el escenario.
La misma tónica siguió «Arorró», con la cantante en el suelo, solo adornada por un rayo de luz desde uno de los focos. Mismo ambiente siguió para otra demostración de admiración hacia sus raíces, tal como ella comentó, interpretando «Viernes 3 AM» de Serú Girán. Aquel aire de solemnidad se mezcló con el silencio del público, atentos a la interpretación por parte de Peluso de un tema clásico de la ex banda de Charly García, todo a ojos cerrados.
La música volvió a un sonido más contemporáneo con la sesión de Bizarrap #36, «Agarrate» y «Estás buenísimo». Aquí la energía importó más que la prolijidad de la interpretación, leyendo bien la reacción del público que no podía contenerse con cada acercamiento que tenía.
Todo avanzaba demasiado rápido, ya llegando a «Delito» en poco más de una hora de show. Aquí ya el público se entregó, cantando de comienzo a final, lo que también ocurriría con «Business Woman», la que incluso la pondría a boxear y hacer ejercicio sobre el mismo escenario.
Tras una muy buena transición, llega «Emergencia» y «Corashe», esta última siendo una de las canciones que la ha acompañado durante más tiempo en su carrera. Después de más de una hora de música, que incluyó innumerables juegos de luces y hasta fuego, Peluso se va del escenario. Gran parte de la gente presente se queda en su lugar, sabían que aquello no terminaría ahí. Y tenían razón.
Quedaba un último cover: «Vivir así es morir de amor», del fallecido Camilo Sesto. Al igual que las anteriores, fue una canción que salió de su propia cosecha, bajándole la velocidad y rozando el mismo dramatismo que le ponía el español en su interpretación. Un clásico generacional y sudamericano que fue seguido por las miles de voces que llegaron al domo del Parque O’Higgins.
Tras una larga despedida, Nathy Peluso y sus músicos abandonan el escenario. Un show entretenido, dinámico, muy rápido y con momentos memorables. El único detalle, quizá desapercibido para gran parte de los asistentes, es que el show fue prácticamente el mismo que mostró días antes en Argentina.
Dejando de lado un pequeño cambio de orden, la selección musical fue la misma. También el orden. Como se dice en el fútbol: equipo que gana, repite. Aquí no debiese ser diferente. Todo lo que planeó la transandina funcionó muy bien, con covers que muestran sus influencias presentes y pasadas, además de mostrar casi en su totalidad Calambre, su primer trabajo de estudio que sirve de motivo para esta gira.
Fueron varios años alejada de Chile, eso siempre es un factor, pero para la próxima esperamos que llegue con un pequeño guiño, un detalle o una sorpresa que haga de cada show una experiencia sin comparación. La calidad y el carisma ya los tiene, solo faltó ese algo más.
Nathy Peluso
Fecha: 20-11-2022
Lugar: Movistar Arena
Productora: DG Medios
Fotógrafo: Cristhian Quiroz
Periodista:
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