Accept en Chile: El lugar de los alemanes en el mundo


Por Vicente Flores

Hay bandas que parecen tener un segundo hogar en Chile. Al igual que Argentina, Brasil o México, nuestro país se caracteriza por ser uno de los exclusivos lugares del mundo que, por más que pasen los años, sigue siendo de los preferidos por las agrupaciones de metal. Uno de esos casos es el de Accept, la banda más importante del heavy metal alemán.

La noche del domingo se vivió un constante déjà vu en el Teatro Coliseo. Una vez más, los ya prácticamente chilenos de Accept retornaron a uno de los lugares donde más se sienten queridos. De hecho, el único miembro fundador de la alineación actual, el guitarrista Wolf Hoffmann, dijo en 2018 a ChileanSkies que esta nación “tiene uno de los mejores públicos metaleros del mundo, son muy apasionados y les encanta cantar nuestras canciones. ¡Nos encanta ir a Chile!”.

Y eso se evidenció con creces. Esta, la novena vez que la banda se presentaba en Chile, sería tan exitosa como las anteriores. Así como cuando grabaron un DVD en 2013 en suelo nacional, o hace tan solo un año, cuando formaron parte del Metal Fest. 

En esta ocasión, nada sería distinto. Puede que sea monótono, pero… ¿por qué cambiar viejas costumbres? ¿No nos emociona cuando, una vez más, Iron Maiden anuncia su regreso? Este es, quizás, el ejemplo a gran escala que de mejor manera simboliza que los clásicos nunca mueren. 

Accept es un clásico de Chile. Por eso, nuevamente, el Coliseo rugió para escuchar los alaridos de Mark Tornillo, así como también los eternos riffs de Hoffmann. Es más, probablemente, gran parte de los allí presentes ya habían disfrutado de los alemanes, quizás hasta más de una vez. Pero eso no importará nunca. Accept siempre será de esas bandas que tienen su hogar en Chile. 

Previo al show de los legendarios del heavy metal, se presentó Amalgama. Agrupación formada en Rusia, pero que cuenta con músicos de diferentes nacionalidades. Liderados por Vlad Ivoilov, los teloneros exhibieron lo mejor de su metal más “épico”, pero que por momentos mutaba a lo power. 

Con una interesante puesta escena, y acompañados por su tecladista disfrazado de payaso -lo que es su sello-, los internacionales supieron prender al público, que a esa altura ya copaba bastante espacio de la cancha. 

Luego, la espera fue corta. Muchas poleras de Accept, además de una bandera chilena con el nombre de la banda, se dejaban ver en el recinto. Un poco después de las 9 de la noche salieron a la carga los teutones.

Con su energía clásica y rostros sonrientes, los seis músicos se vieron muy cómodos sobre el escenario. Solo cambian de reciente, pues su fiel público es el mismo de siempre. 

Solo con la novedad de Joel Hoekstra -actualmente en Whitesnake– en la tercera guitarra, puesto que Phillip Shouse debió ausentarse por problemas personales. A su lado, los incombustibles Tornillo y Hoffmann no paraban de animar a sus fans. Corearon tanto sus clásicos como las canciones de su último álbum, “Humanoid”, lanzado hace tan solo unas semanas. 

Los primeros hits de antaño en aparecer fueron “Midnight Mover“ y “London Leatherboys“. Ambas han sido interpretadas por sus autores una infinidad de veces en Chile, probablemente, en todas sus presentaciones. Sin embargo, la magia con que los metaleros criollos saltan, moshean y cantan, no deja de sorprender a sus visitantes. 

Quienes los veían por primera vez deben haberse camuflado entre la tropa de viejos metaleros que ya están acostumbrados a reunirse con los alemanes. Una sola energía emanaba del teatro, desde platea hasta cancha. 

Al momento de tocar sus temas más nuevos, la recepción fue, igualmente, notable. “The Reckoning” o “Humanoid” son piezas sólidas, prueba de que la banda está más vigente que nunca. 

La formación actual ha rejuvenecido al grupo. Además de los anteriormente mencionados, el baterista Christopher Williams, el bajista Martín Motnik y el guitarrista Uwe Luli completan una alineación de primer nivel. 

Los gritos de Tornillo siguen estremeciendo como la primera vez que presentó sus credenciales en Chile. Y lógicamente, Hoffmann es el corazón del grupo, tanto en música como en presencia. 

Las bengalas aparecieron con “Fast as a shark“, tema icónico que sentó las bases del speed metal. Apenas sonaron esos riffs endiablados, la gente se volcó hacia la algarabía que pocas actividades recreativas pueden entregar. 

Un final plagado de éxitos, con “Teutonic Terror” como bandera de los últimos años del grupo, donde demuestran que la creatividad no cesa con el paso del tiempo. Los coros suenan igual que al momento de escuchar las glorias del pasado, como “Princess of the Dawn” o “Metal Heart”. Aquella banda sonora que ha marcado la vida de los allí presentes no pierde su magia, tal como la canción que los lanzó al estrellato: “Balls to the Wall. Lógicamente, fue el tema más disfrutado por la mayoría, y cómo no, si posee una de las letras más conocidas por los metaleros de todo el mundo. Pese a que ya no está el inconfundible Udo Dirkschneider en la voz, su reemplazante lo ha hecho de forma extraordinaria. Por más que vengan nuevas bandas, Accept y esa canción siempre estarán en la playlist de todo metalero. 

Finalmente, los alemanes cerraron con “I’m a Rebel”, otro infaltable de sus recitales. Así, casi sin voz ni fuerza, la fanaticada chilena celebró nuevamente la vigencia de Accept, banda histórica para el heavy metal, pero aún más para Chile, porque no queda ninguna duda de que ya tienen la nacionalidad más que ganada. 

 


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