Villano Antillano en la previa de Lollapalooza Chile: «La gente que menos sabe es la que más alto le gusta hablar»


Villano Antillano se ha convertido en una de las sensaciones de la música urbana en español, abriéndose paso en un mundo dominado por hombres y alcanzando logros como subirse al escenario con Bad Bunny en el retorno del músico a la isla.

Ahora, a pocas semanas de una nueva versión de Lollapalooza Chile, la artista conversó con Agenda Musical sobre sus inicios, su forma de pensar e incluso sobre su sesión junto a Bizarrap que ya suma casi 200 millones de reproducciones.

Agenda Musical: Primero, felicitaciones por la nominación al premio Lo Nuestro.

Villano Antillano: Muchas gracias.

AM: De lo primero que te quería preguntar es que tu música incluye reggaetón, pop, trap y muchas otras cosas más, ¿cómo lo podrías definir para alguien que nunca te ha escuchado?

VA: Mmm… qué fuerte. Pienso que algo muy futurístico, muy avant garde, algo que va más allá de muchas concepciones, no solamente lo binario y lo del género. Pienso que mucha perrería y la perrería no tiene género, no está encasillado. Entonces, mucha de la gente que consume mi música se siente empoderada, eso es algo que yo noto mucho y que también intenciono. Es eso: perrería. Esa es la palabra que lo resume.

AM: Parte de ese empoderamiento viene porque eres muy consciente de los comentarios que vienen desde muchas partes, pero eso lo usas en tus letras y le haces frente. ¿Por qué tomaste esa decisión?

VA: Yo pienso que es inescapable. Llevo toda mi vida con esto y he podido, como persona trans y como persona del colectivo LGBTIQ+, he podido utilizar mucha desde mi consciencia como ser humano, aprender y no solamente ver lo que me afecta a mi, ver de donde sale el odio de esta persona, de donde salen estas limitaciones y estas concepciones con las que vienen.

Es un proceso bien fuerte, incluso con personas que una ama, como la familia de una. Tienes que echarte para atrás y ver ok, yo entiendo mi necesidad de defenderme, pero también… qué sé yo, ser empática, ¿sabes? No todo el mundo tiene acceso a una educación y saber que… yo, por ejemplo, no sabía lo que era una persona trans hasta que tuve como 20 años, hasta que tuve el conocimiento, llegué a conocer lo que era ser trans y me pude ver. Ahí pude decir “ah, lo entiendo” y todo hace sentido.

Al contarnos historias y ver las similitudes, una va aprendiendo, pero si a mi me tomó tanto siendo una persona trans, imagínate que hay gente que ni siquiera tiene acceso a saber o a tener estas palabras para apalabrar ciertas cosas, como lo que es ser no binarie, lo que es ser una persona trans, las identidades o la diferencia entre diversidad de género y orientación sexual. A veces el desconocimiento o la ignorancia no viene cargada con odio, es importante poder discernir y sabor qué persona está siendo un mal bicho o una mala bicha porque lo es, porque quiere ser antagónico, a cuando una persona simplemente desconoce. Pienso que practicar eso me ha hecho a mí ser una persona psicológicamente y psicoanalíticamente más fuerte y consciente.

¿Qué más va una a hacer? Realmente pienso que la gente que opera desde este lugar de odio, que tu sabes que vienen por joder, qué más va a hacer una que trollearselos. Yo no me los tomo en serio para nada. Pienso que la percepción de una persona sobre mí no soy yo, ¿me entiendes? Mi percepción sobre mi soy yo. Eso es lo más importante, no me lo tomo muy en serio. Hay gente a la que le encanta hablar bien alto sin ningún fundamento. La gente que menos sabe es la que más alto le gusta hablar y al final del día eso no cambia nada. Soy súper exitosa, vivo una vida muy feliz, ¿qué más podría pedir?

AM: Dentro de la comunidad LGBTIQ+ hay mucho cariño y aceptación por lo que se hace dentro de la misma comunidad, pero con la exposición que has recibido recientemente te has abierto a un público mucho más amplio que eso, ¿sientes algún nuevo grado de vulnerabilidad por esto?

VA: Sí y no. Pienso que a veces no es algo que yo, no por estar más abierta a un público homogéneo o por ser consumida por gente que no necesariamente son del colectivo, significa que yo voy a dejar de crear desde un espacio personal y del colectivo. Es inescapable, hasta cierto punto es uno de los pilares de mi identidad y de mi fuerza creativa. No es algo que yo pueda cambiar o desechar. Mucha de mi fuerza sale de ahí, mucha de mi ira, de mi coraje y de mi fuego creativo. Está todo realmente basado en la experiencia de lo que es ser una mujer trans y ser una persona parte del colectivo, como las opresiones de lo que es vivir desde este lado de la vida.

No es algo que deje realmente que me afecte. Honestamente, la gente cis-hetero que quiera… me pasa muchísimo: tengo muchas chicas cis-hetero que me consumen, que les encanta, que se sienten empoderadas, que ven cuestionamientos de su sexualidad incluso, que viven su identidad un poco más sin que les importe algo, pero pienso que eso es algo que se da innatamente. Yo no estoy tratando de apelar a ella, yo simplemente hago lo que está sucediendo.

Pienso que tiene que ver mucho con la narrativa de lo que es la feminidad y cuánto de esa feminidad como que inventada, controlada por hombres. Cuánto de la percepción de lo que es “femenino” o lo que es “ser mujer” es literalmente controlado por hombres. Incluso para eso ellos ponen el estándar. Pienso que cuando nos alejamos de eso, como está pasando, y descentralizamos eso y les damos la oportunidad a las mujeres de contar su historia con su voz, la cosa cambia, ¿no? Entonces, no creo que tenga ni la necesidad de cambiar por el hecho de que el público que me está llegando ahora es distinto. Si llegaste ahora, bienvenide, pero esta es la que hay, jajaja.

AM: Lo otro es que dentro de tu música tratas muchos temas, algunos de ellos siendo sexo y drogas. Es decir, actividades placenteras. ¿Qué lugar tiene el placer dentro de tu vida?

VA: Mucho, fíjate. Pienso que soy muy hedonista, hasta cierto punto, pero pienso que el hedonismo es inescapable. Hasta tengo una canción en el álbum que se llama “Hedonismo”. La hice hasta cierto punto como una crítica, pero no necesariamente condenando, sino que como una observación, sobre cuánto de la humanidad se suma en la vanidad y en el hedonismo, sobre cuántas de estas cosas son inescapables.

Yo pienso que lo revolucionario viene de que una mujer como yo, una persona como yo, no tenga acceso a esas hayaderas, a sentirse súper rica y que tiene acceso a todos estos placeres. Ahí es cuando se convierte en revolucionario. No es el hecho de que yo aspire a estas cosas, es que las tenga. La gente no puede ver a las personas como yo en espacios de poder o que les vaya bien, es simplemente que no las pueden ver y punto. Les revuelca algo, pero eso no es un problema mío. Eso es un problema de ellos.

 

AM: Ya van ocho meses desde que salió la sesión con Bizarrap, va en 185 millones de visitas. ¿Cómo fue la creación de eso, en especial de la letra?

VA: Las letras enteramente son yo, son cosas que yo escribo. Me considero una liricista ante todo, eso es algo muy importante para mí, ese trabajo de realmente ser una liricista y una rapera. Es lo que me considero, le tengo mucha estima. Mucha gente utiliza la palabra “cantante”. Yo no soy una cantante, soy una rapera, que es enteramente distinto. Una cantante se prepara como una cantante, tiene un coaching vocal y hay un área de estudio para eso, pero acá es enteramente otra cosa y que bueno que lo puedas percibir.

Ciertamente trabajo mucho para destacarme. Ahí es algo que he querido expandir. Mucha gente erróneamente piensa que lo que hace a una buena rapera o un buen rapero es este conocimiento de palabras, el lenguaje. Yo pienso que no, al contrario. Es cómo tú utilizas el idioma que tú hables, como sea que lo hables. Yo meto mucha jerga del campo de Puerto Rico que no necesariamente sé si va a resonar con todo el mundo. Gracias a la vida la gente lo entiende, pero también siento que puede ser un poco niche lo que hago.

El proceso fue súper orgánico, para recapitular en tu pregunta. Biza es un duro en lo que hace, yo soy una dura en lo que hago.

AM: Una de las frases que aquí quedó dando vueltas es la de “alma de poeta, la nueva Gabriela Mistral”, ¿cuál es tu relación con ella? Hay voces en Chile que también la vinculan de alguna forma al colectivo LGBTIQ+.

VA: Sí, estaba un poco al tanto de eso, pero no tantísimo. Había escuchado algo. Mira, siento que le da más fuerza aún. Es exactamente lo que tenía que ser. Yo realmente cuando escribí esa línea como tal… para mí la poesía siempre ha sido algo muy cercano, algo que he consumido mucho, que estudié en un momento dado cuando era un poco más académica, estaba en la universidad y eso. Es por el lado de esta lucha histórica, que no es nada nuevo, que hay figuras que nos alzamos dentro de cada generación. El feminismo y la lucha de las mujeres es algo que viene desde hace mucho atrás. Pienso que siempre que pueda traer algo de eso a lo corriente, lo voy a hacer. Era una buena línea, se me ocurrió y la puse, jajaja.

AM: Las dos se levantan como “las primeras en”, con Gabriela Mistral siendo la primera mujer iberoamericana en recibir un Nobel. En otro tema, antes trabajaste en otros trabajos largos, como Hembrismo, pero ahora tienes tu disco 100% tuyo, ¿cómo fue ese proceso de creación con todo el poder en tus manos?

AV: Mucha responsabilidad, pero también mucha libertad. Pienso que yo, que hablas de ser la primera como Mistral como el Nobel, conmigo siendo la primera mujer trans en adentrarme tanto en el movimiento, puede verse a veces como algo limitante, pero yo elijo pensar que es algo liberador. Si soy la primera, no hay reglas. No hay comparativa, puedo hacer lo que se me de la gana. Yo elijo verlo de esa manera.

Tuve todo el poder en mis manos, tuve la oportunidad de realmente curar el equipo que iba a trabajar conmigo, porque claramente las cosas no se hacen solas. Yo trabajé con un montón de gente del colectivo para crear el arte, los conceptos. Con la producción, por la naturaleza del movimiento y lo machista que es, no hay mujeres… al menos aquí en Puerto Rico no conozco mujeres que sean productoras o gente del colectivo que lleguen a producir.

Ahí me tocó literalmente trabajar con aliados, con personas que son más de la calle y del movimiento, pero que entienden y estaban dispuestos a escucharme y apostar a algo nuevo, a algo que no se había hecho. Suena como algo bobo, pero es que hay mucho miedo. Muchos de estos hombres piensan en el qué dirán o qué sé yo. Me alejé enteramente de todas las personas que podían tener eso en su cabeza y trabajé con la gente que entendía y entiende mi propuesta.

Cuando una vez tuve ese equipito de gente que quería trabajar, todo fue mucho más fácil. Tenía toda la libertad del mundo para sacar, sacar y sacar. Luego había muchas canciones, así que igual me senté e hice una preselección. Dije “estas van, estas no”. Fue un procesazo, pero tuve todo el control y eso es lo más importante.

AM: Ah, entonces quedaron canciones fuera.

VA: Sí.

AM: ¿Cuántas?

VA: Varias, había quizá 20, ahí fue cuando hice el proceso de “estas sí, estas no”. Cosas que pasan.

AM: Si bien el álbum es súper reciente, ¿no has pensado qué hacer con esas? 20 canciones es prácticamente dos discos más.

VA: Sí, pero sabes que pienso que no todo merece salir a la luz, no todo merece ser consumido. Hay cosas que yo, como artista y creadora, hice en un momento, pero ya no me representan y no lo veo. No quiero que salgan. Eso se vale, ¿no? Como artista y creadora, una debería tener ese espacio para explorarse. Intentas cosas nuevas, hay cosas que en ese momento te gustaron y de momento te dejan de gustar. Pienso que tiene que haber un quality control, yo soy muy de eso. Al final las que full resonan conmigo y me lo dan, yo sé cuáles son y las saco aparte, pero hay cosas que pueden ser más experimentales, que pienso que la gente no está lista para recibirlas todavía o no es hacia donde quiero llevarlas. Hay que ser estratégica, jajaja.

AM: Me decías recién que no habían muchas personas del colectivo en Puerto Rico como para hacer cosas, pero igual recientemente fuiste portada de Rolling Stones con otras artistas de allá como RaiNao o Young Miko, eso habla de que ya llegó otra generación. Aparte del sonido como tal, ¿qué otros cambios trae esta generación a Puerto Rico?

VA: Pienso que algo muy importante a destacar es que todas las artistas que salen en este cover de Rolling Stones, pero específicamente de Miko y RaiNao, es que somos mujeres queer. Eso es muy importante. Quizá lo más importante de todo es que no solo representamos a una generación nueva, es que representamos a unos ideales que vienen con esa generación, unos chips que ya se desprogramaron y que no van a volver, ¿me entiendes?

Hay mucho tira y jala en el mantener. Y es bien loco, porque es un género que ha sido súper condenado desde el principio también es súper purista. A mí me vuela la cabeza que un género que se ha creado y forjado, que ha tenido que luchar tanto contra el clasismo y todo lo que viene con esta mirada de reojo y por sobre el hombro al género urbano o como se le quiera llamar… ese mismo movimiento termina pecando de lo mismo y siendo súper… qué sé yo… purista.

Hay un gatekeeping bien fuerte, de “no podemos dejar que esta maricona o esta lesbiana o estas mujeres vengan a dañar el movimiento”. Este pensamiento de literalmente “dañar”. A mí me fascina, lo encuentro bien loco, lo veo mucho en generaciones anteriores. Me lo veo mucho en gente mayor, que no la cachan. Eso no tiene que significar nada específicamente, pero ya no es lo corriente. Puedes pensar eso, pero lo que tú pienses o como quieres que sean las cosas no necesariamente son una representación de lo que son. Y lo que son es que ya somos la cara de lo que está subiendo. Y lo que está subiendo no es cis-hetero.

AM: Hace poco me hablabas de la música pasada que quizá no te representaba. Pensando en el EP Tiranía, ¿cómo te sientes al escuchar esas canciones ahora?

VA: No las escucho. O sea, no me molestan, sé que le resuenan a mucha gente y eso es algo muy bonito. Por eso se han quedado ahí, pero hay algo que comentar respecto de crear desde la limitación de no poder ser tú. No te lo puedo explicar, a menos que sepas lo que es vivir una experiencia trans o una experiencia dentro del colectivo. Imagínate crear con una máscara o sin que realmente el mundo conozca quien tú eres, no poder mostrárselo al mundo. No quiero decir que no era del todo auténtico, pero pienso que sí. Era imposible, no era mi culpa, porque no era seguro para mi transicionar antes de cuando lo hice, realmente no podía, mi vida hubiera corrido peligro. Y lo corre. Lo hice ahora y aún así ha sido algo tan grande que yo sé que en ese momento no se podía.

No sé, pienso que es un espacio de mucho aprendizaje para mí. Me estaba encontrando como artista y como ser humano. Crawling into my skin, por decirlo así. Ahora que estoy en un nivel donde todas esas cosas se solucionaron y ya engrané, es mucho más fácil crear desde esta autenticidad. No tengo que cortar camino ni nada, hay muchas cosas que se simplifican.

AM: Ahora, hablando de ese encontrarse, ¿qué es lo primero que viene a tu cabeza cuando nombro a Ivy Queen?

VA: Reina, madre, ¿sigo? Jajaja. Pienso que a mi me enorgullece el hecho de que, siempre lo he dicho, el movimiento nunca creó ni hizo un espacio para la comunidad LGBTIQ+, lo hizo Ivy Queen. Sola. Con su movimiento femenino, con darle un espacio a las personas del colectivo. Nadie puede decir que ella apoya a la comunidad ahora porque es trendy o es cool, es algo que ella siempre lo ha hecho. Lo admiro y respeto profundamente. That’s mama.

AM: Ahora, hablando sobre Lollapalooza, ¿qué conoces sobre el festival y Chile?

VA: De Chile conozco algo de historia, porque es un país con una historia… muy extensa. De Lollapalooza, como espectadora. Conozco lo que conozco como espectadora, que es un festival súper grande, me emociona mucho poder estar ahí, pero tampoco es que esté súper empapada ni de la historia del festival ni de Chile tampoco. Yo vengo de un país súper caótico también en lo histórico, pero estamos ahí.

AM: Para ir cerrando, ¿qué mensaje le mandarías a tus fanatiques de Chile?

VA: Estoy muy emocionada, porque sé que también en Chile hay una comunidad y un colectivo LGBTIQ+ grande. Digo, de algunas cosas que he visto, que no estoy empapada en lo absoluto, pero de lo que he escuchado, es de los países más progresistas dentro de Latinoamérica y eso me emociona mucho. También pienso que a muchas personas del colectivo nos unen ciertos hilos conductores y ciertas experiencias traumáticas que vivimos. Eso lo tengo muy presente. Cada vez que me presento en algún lugar y conecto con fanatiques que viven ahí, me lo llevo mucho, esa fuerza y esperanza que una puede dar. Mi mensaje es full que me vayan a ver y que vayan más mariconas que nunca.

AM: Eso es algo que se dice mucho, que las personas se unen fuerte por el dolor.

VA: Es algo que trasciende niveles, no sé si otros artistas lo puedan dar, ¿sabes? Si no eres del colectivo no lo vas a entender, no lo vas a suscitar en las personas. Es algo muy bonito, muy sagrado para mí.

AM: Es un tipo de unión de estar en las buenas y en las malas. Desgraciadamente las malas siguen siendo bastante comunes.

VA: Eso es así, lamentablemente. Pero nos tenemos, estamos aquí. Estamos cambiando las cosas.


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