FOTOS | Liam Gallagher en Chile: Amor rudo


Una infantil polémica se apoderó de las redes sociales a pocas horas del show de Liam Gallagher en Chile, reviviendo la fama de «niño rebelde» que se ha cultivado desde sus años en Oasis. Se comentó sobre su mal genio, su forma de hablar, sus conflictos en Oasis y más. Pero la cosa ya no es tan así.

Hay que partir desde el comienzo: el menor de los Gallagher llegó a Santiago a presentar C’mon You Know, su tercer disco en solitario. Aquí ya se aleja de lo que era el sonido de Oasis, alcanzando una muy buena recepción con singles como “Everything’s Electric” o “Diamond in the Dark”. Había un buen material para presentar por primera vez en estas partes del mundo.

Con mucha puntualidad comenzó el show, entregando su clásica apertura con gritos de fútbol del Manchester City a través de los parlantes mientras aparecían uno a uno los músicos en el escenario. Igual son varios: tres guitarristas, dos coristas, un bajista, un baterista y un tecladista. Finalmente él, quien se posiciona al centro del escenario, su terreno.

«Morning Glory» y «Rock ‘n’ Roll Star» prenden inmediatamente el ambiente. Gallagher se pasea con maracas en las manos, hace gestos, siempre manteniendo una cara que se podría calificar «de pocos amigos», algo ya normal entre quienes lo conocen y siguen.

Con «Wall of Glass» ya se notó un cambio en la recepción. Los gritos seguían, pero no acompañaban de la misma forma a esta canción, el primer single de su primer trabajo solo con su nombre. La misma tónica con «Everything’s Electric». Eran momentos donde el británico aprovechaba de pasear y mirar al público, muy consciente de quienes estaban ahí.

Eso último es un punto importante: Liam Gallagher fue muy conflictivo en su tiempo, tanto con famosos, empresas e incluso su propio hermano. Con el tiempo muchas de esas lo siguieron persiguiendo, pero si hay algo en lo que resalta es en la buena voluntad que tiene con los fanáticos que le piden fotos o autógrafos. Incluso con su cara seria. Eso se repitió en Chile.

Volviendo al concierto, el ánimo volvió a subir cuando aparecieron las canciones de Oasis, con «Stand by Me» convirtiéndose en el primer gran karaoke de la noche.

Entonces, entra la duda: ¿qué es un show de Liam Gallagher? ¿Solo sus versiones de Oasis? De lo último algo hay, porque él es gran parte de Oasis. Énfasis en “él es”. A ratos, como con “Slide Away”, lo único que faltaba era tener a Noel atrás de él para que fuese un show de su ex banda. Liam sigue igual en su personalidad sobre el escenario y también en su voz, ahora que ya llegó a los 50 años y considerando que partió con 19.

Con eso encima, el show se volvió mucho más disfrutable. Las canciones de su nueva época solista alternaban entre los clásicos que la gente pedía. Incluso se dio el lujo de sumar al setlist una de las mejores canciones de Beady Eye (“Soul Love”), aunque en aquel proyecto no profundizó.

Cuando ya iban cerca de 40 minutos de show, pegó el golpe e incluyó casi todo lo de su repertorio solista de una: «More Power», «Diamond in the Dark», «The River» y «Once». Todas seguidas y con diversas reacciones, más parecía el poder cumplir con el mostrar lo de su cosecha antes de volver a lo que la gente quería. Es más, antes de volver a lo que él sabe que la gente quiere. Si hay algo que tiene muy desarrollado es tomar la temperatura del público.

Desde ahí el show avanzó rapidísimo, hit tras hit. El primero fue «Supersonic», después «Cigarettes & Alcohol». El público no alcanzaba a guardar sus teléfonos antes de sacarlos nuevamente para tener registro de estas canciones, las que han acompañado a muchos por largos años y que no se habían podido escuchar desde su voz en este país.

Con «Wonderwall» dijo que se despedía. Si bien gran parte del público sabía que volvería, la emoción de cantar este himno del britpop inundó el Movistar Arena. Ni tres minutos duró fuera del escenario cuando volvió con otros dos clásicos más: «Live Forever» (que tuvo una partida en falso, pero nada del otro mundo) y «Champagne Supernova».

Al igual que su vestimenta y su pelo, la forma de interpretarlas se mantiene igual. Para muchos fue volver varios años al pasado, pero sin que se sintiera nostalgia. Era casi como una pequeña deuda. Se permitió mostrar canciones nuevas de muy buena producción, manteniéndose vigente todavía dentro del circuito, pero a esta tierra le gusta ir por los clásicos, esos que durante sus estrenos se veían increíblemente lejanos. Pero ahora, en el 2022, llegaron.

Lo de Liam Gallagher no es un personaje, es su forma de ser. Puede o no gustar, pero mantiene una imagen que ya no entrega sorpresas y que transmite precisamente lo que él quiere transmitir. Por lo mismo ya elige sus peleas, siendo su hermano uno de sus últimos rivales, pero tampoco mucho más.

A pesar de tener el ceño fruncido, se preocupó de saludar al público, hacer gestos a personas a personas en particular para mostrar que sí, estaba ahí, al tanto de lo que estaba pasando. Un tipo de amor algo extraño, pero amor de todas formas.

El inglés no se fue a parar al escenario a solo cantar, hubo algo de preocupación. Quizá fue el show inconcluso que tuvo algunos años atrás ahí mismo en el Parque O’Higgins, pero tuvo esa serie de pequeños gestos que dejan contentos a los fanáticos que llegan temprano y se aguantan la presión de estar pegados a la reja. Liam vino para ellos y claro que cumplió.

Liam Gallagher

Fecha: 08-11-2022
Lugar: Movistar arena
Productora: Lotus
Fotógrafo: Christian Quiroz   @Cqphotographer
Periodista:    @

 


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