Goran Bregovic
Fecha: 21 de abril de 2018
Lugar: Coliseo Santiago
Productora: Transistor
Fotógrafo: Ma. Loreto Plaza
Periodista: Samuel Fuentes
El pasado sábado, uno de los músicos más renombrados de la escena de la world music llegó a nuestro país para presentarse en el Teatro Coliseo: Goran Bregovic.
Ante una gran cantidad de público, que seguía entrando ya pasadas las 21:00, el serbio comenzó a presentar canciones de su última producción, Three Letters From Sarajevo, lanzado el 2017.
Esto lo hizo en compañía de una banda de ocho personas, la que denominó como la Wedding & Funeral Band, la que se situó frente a un escenario solo decorado con un gran telón negro.
El comienzo ya deleitó al público, con dos de estos músicos caminando entre el público antes de llegar al escenario, lo que fue seguido por la aparición de un sonriente Bregovic, vestido de punta en blanco, en la parte central del escenario.
Allí comenzó a sonar una de las canciones de esta última placa, “Vino Tinto”, en la voz de las dos cantantes que se ubicaron en la parte izquierda del escenario. Todo esto ocurriendo a la par de gritos y saltos desde el público, incluyendo un “I love you” de una de las personas del público, afectuoso recibimiento que agradeció rápidamente.
Como maestro de ceremonias, Bregovic apuntaba a cada uno de sus músicos para resaltar puntos altos de sus canciones, con una gran memoria para organizar a cada uno de sus carismáticos intérpretes.
Detodas formas, el show no siempre estuvo basado en la figura del europeo, quien a veces solo participaba como un músico más o a través de diferentes gritos para alentar al público a seguir bailando y disfrutando de su música.
El show avanzó sin grandes pausas, con más de una hora y media de música en la que salieron intercalados éxitos de su extensa carrera con canciones de su último disco. De esta forma, pudimos escuchar «Presidente», «Bella Ciao», «Baila Leila» y «In The Death Car», entre muchas otras.
El final fue uno de los puntos más altos de toda la noche, con una de las canciones que sirve de sello de Bregovic: “Kalashnikov”, la que fue acompañada del grito “¡a la carga!” por parte del público, por petición del compositor.
Este grito fue prácticamente un resumen de todo lo que ocurrió en la jornada: Una banda que conoce a la perfección lo que Bregovic quiere dar a conocer sobre el escenario, un compositor que mantiene la misma energía que lo hizo conocido hace varias décadas y un público comprometido con todas y cada una de las canciones que se interpretan sobre el escenario.
En definitiva, un show que se podría haber repetido diez veces, todas con la misma entrega por parte de la totalidad de individuos que se encontraban en el recinto.
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